La empresa chilena Quiñenco, que integra el holding del grupo Luksic, podría quedarse con los activos de la holandesa Shell en Argentina, en una carrera que se definirá en los próximos meses.

Según el sitio especializado EnerNews, Shell recibió ocho ofertas no vinculantes de entre 1.000 y 2.000 millones de dólares por sus 600 estaciones de servicio en todo el país y de la refinería de Dock Sud. De esas ocho ofertas, se elegirán a tres que entrarán en la segunda fase del proceso de venta, en las próximas dos o tres semanas.

Según esta versión, entre los tres elegidos estará la chilena Quiñenco, que habría realizado una de las ofertas más atractivas para Shell. La filial matriz del Grupo Luksic ya compró en abril de 2011 el negocio de combustibles de Shell en Chile.

Un punto a favor de Quiñenco es que ya habría aceptado que las 600 estaciones de servicio mantengan la marca Shell, una de las exigencias de la compañía holandesa. Con esa estrategia, Shell pretende dar una señal de que no quiere salir de Argentina, donde planea reforzar la exploración de petróleo y gas no convencional.

Además de aceptarlo, Quiñenco cuenta con el antecedente de que ya aceptó esa exigencia en Chile, donde a través de su controlada Empresa Nacional de Energía Enex SA continúa utilizando la marca Shell en sus estaciones.

La venta de los activos en Argentina forma parte del plan de desinversión global por 30.000 millones de dólares que pretende concretar Shell tras la adquisición de BG Group, y como parte de la política de otras grandes compañías de centrarse en el negocio del Upstream para dejar el refinado y la comercialización en manos de interesados locales. La holandesa ya completó dos tercios de su plan de desinversión.

Pero Quiñenco no es la única interesada y en carrera. Otras dos empresas que hicieron ofertas son las holandesas Trafigura y Vitol, dos de las mayores empresas de comercialización de combustibles del mundo, según consigna La Política Online.

También realizó una oferta Raizen Combustiveis SA, una empresa conjunta operada de forma independiente entre Shell y la brasileña Cosan SA, que maneja el negocio de distribución de combustible de Shell en Brasil.

El diario La Nación reveló días atrás que YPF también analizaba la realización de una oferta de unos 900 millones de dólares. El problema es que la compañía estatal no pasaría el filtro de la Comisión de Defensa de la Competencia, ya que si suma los activos de Shell llegaría controlaría casi el 70% del mercado. La única opción sería presentar un plan de desinversión. Otro problema sería que el ministro de Energía, Juan José Aranguren, podría quedar ante un grave conflicto de intereses por su pasado en Shell.

Otras interesadas son PetroChina Co., el mayor explorador de petróleo y gas de China, Pluspetrol SA y Southern Cross.