Por efecto de la cuarentena y la escasa demanda ante la parálisis económica, la producción de gas tuvo una caída del 11,31% en abril y derribó la generación nacional a niveles que no se veían desde el año 2014.

En el país se produjeron un promedio de 116,73 millones de metros cúbicos por día, muy lejos de los 131,62 millones que se registraron en el mismo mes del año 2019.

También en abril se dieron dos situaciones que afectaron al sector. Por un lado en las centrales térmicas se registró el uso de gasoil como energético, en lugar de gas natural que es más económico, utilizándose 3.000 toneladas para la producción de electricidad.

Esta situación se debió en buena parte a cambios repentinos en la demanda eléctrica que no pudieron ser paliados con por ejemplo generación hidráulica ante los bajos caudales de los ríos de buena parte del país.

Además, según consigna la nota de Victoria Terzaghi en el diario “Río Negro”, en el mes de abril el gobierno nacional dispuso la interrupción de algunos contratos de exportación que así lo permitían para redireccionar ese gas al mercado local, marcando un error en los cálculos de programación de los consumos locales que perjudicó a la producción de gas.

También se espera que a partir de junio sea aún más notable la caída en las exportaciones de gas tanto por la mayor demanda residencial que imprimirá el descenso de temperaturas, como así también por la finalización de varios contratos de exportación en firme que no fueron renovados.

Al tiempo que el gas natural pugna por tener un comprador, desde Integración Energética Argentina (Ieasa), se comenzó a inyectar gas natural licuado (GNL) al sistema. Esta inyección de gas importado se debe a la llegada de un nuevo cargamento programado de GNL para el cual deberá liberarse espacio en el buque regasificador que funciona en Escobar.

En ese contexto, desde el gobierno nacional se anunció esta semana que se avanza en el armado de un nuevo plan gas, el cuarto plan de incentivo al sector, que tendría la particularidad de abarcar tanto a la producción convencional como a la no convencional.

El objetivo del programa, que sería presentado en los primeros días de junio a las operadoras y que de momento es trabajado en conjunto con YPF, es potenciar la producción de gas natural de cara a que no se registre una caída marcada en sus volúmenes para el invierno del año 2021.

El anuncio, que fue realizado por el subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales, y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, fue bienvenido por las empresas del sector que advirtieron que siempre es mejor incentivar la industria nacional antes de destinar esos recursos a la importación.

Por otra parte, desde algunas operadoras se advirtió que existen fuertes atrasos en el pago del actual plan de estímulo, la Resolución 46 que seguirá vigente hasta fines del año próximo. Desde el gobierno nacional se reconoció que hay atrasos en los pagos de la Resolución 46, y mientras se detalló que se está avanzando en su regularización, se endilgó a la anterior gestión nacional haber dejado una deuda acumulada en subsidios y compromisos del sector energético por cerca de 200.000 millones de pesos.

No solo por la cuarentena bajó la producción de gas
Más allá de la emergencia sanitaria mundial, la producción nacional de gas comenzó a evidenciar los primeros signos de una menor producción de gas natural, razón de fondo para la aplicación de un nuevo Plan Gas con subsidios para incentivar la producción.

El sector enfrentaba hasta antes de la cuarentena un doble problema: la falta de mercados para colocar la mayor producción que generó la Resolución 46 y una competencia de precios que derribó el valor del gas por debajo de los márgenes de rentabilidad de casi todos los desarrollos del país.

Ante este escenario muchas operadoras migraron sus inversiones del segmento del gas al del petróleo a principios del año 2019 y lo cierto es que desde hace seis meses prácticamente no se perfora ningún pozo nuevo de gas en el país.