A un ritmo de traslado de 40 camiones diarios, con cuatro caños de 12 metros cada uno, avanza el traslado de los tubos a los centros de acopio y el armado de los obradores que se usarán para la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, una obra clave para asegurar el autoabastecimiento energético en la Argentina y en la que ya trabajan más de 1.500 personas.
Los caños de 36 pulgadas de diámetro salen desde la planta de la empresa Tenaris-SIAT, en la localidad bonaerense de Valentín Alsina, a un promedio de uno cada media hora y seguirán aumentando de ritmo hasta alcanzar picos de más de 60 viajes diarios, a medida que se incremente la demanda en los frentes de obra y alcanzar los 48.000 caños que completarán los 573 kilómetros del primer tramo del tendido.
De momento, los caños están siendo almacenados en tres centros de acopio que se encuentran a la altura del kilómetro 60 de la traza, en la provincia de Río Negro; en la localidad de General Acha, en La Pampa; y en las afueras de la localidad de Salliqueló, junto a la Planta Compresora Saturno en la provincia de Buenos Aires.
Según informaron fuentes de Energía Argentina (Enarsa) a Télam, ya está instalada una de las dos plantas de doble de junta, cuyas soldadoras industriales de caños permitirán reducir los tiempos de obra, mientras que la otra está en camino al terreno.
En caso de cumplirse los plazos previstos, el desfile de caños -el montado de los caños junto a la zanja por la que pasará el gasoducto- debería iniciarse en la segunda quincena de noviembre.
Al mismo tiempo, llegaron a los frentes de obra más de 320 maquinarias, entre ellas las destinadas a realizar el movimiento de suelo y la preparación del terreno y, próximamente, estarán llegando las máquinas “tiendetubos” y las soldadoras automáticas, equipos que se utilizarán por primera vez en nuestro país.
En cuanto al personal dispuesto para los trabajos, ya se contrataron más de 1.500 nuevos trabajadores en la obra, en roles tan diversos como responsables de seguridad e higiene, jefes de seguridad, soldadores, herreros y conductores de maquinaria pesada, entre otros.
El gasoducto es una obra que permitirá incrementar la producción de Vaca Muerta -segunda reserva de gas no convencional del mundo-, ampliar la capacidad de transporte de gas y hacerlo llegar a los centros de consumo.
De acuerdo a los plazos fijados en el pliego licitatorio, la obra debería estar en funcionamiento para junio de 2023.
En caso de llegar a término, esta obra permitiría que la balanza energética deje de ser deficitaria el año que viene y abre las puertas a un potencial exportador con futuras ampliaciones.
El primer tramo del gasoducto tendrá una extensión de 573 kilómetros, y unirá la localidad neuquina de Tratayén con Salliqueló, en Buenos Aires, atravesando las provincias de Río Negro y La Pampa.
También incluye obras complementarias como el gasoducto Mercedes-Cardales de 73 kilómetros (de 30 pulgadas), la ampliación de un tramo del NEUBA II en la provincia de Buenos Aires de 29 kilómetros (de 30 pulgadas) y una planta compresora en Cardales de 15.000 hp.
El proyecto, que está a cargo de la empresa estatal Enarsa, permitirá ahorrar más de US$ 2.900 millones al año entre sustitución de importación de combustibles y reducción de subsidios, aumentará la disponibilidad de gas a precios competitivos para la industria, los comercios y los hogares.
Los trabajos en marcha generarán en el pico de obra unos 10 mil puestos de trabajo directos y otros 40 mil indirectos, entre la construcción de la obra y la mayor producción de gas en Vaca Muerta.
Compartinos tu opinión