La Agencia Internacional de Energía (IEA) anticipó una importante expansión en la oferta mundial de Gas Natural Licuado (GNL) en los próximos años.
Según su informe «World Energy Outlook», la oferta global de este combustible pasará de los 580 bcm en 2023 a 850 bcm en 2030, lo que supone un crecimiento cercano al 50%. Esta sobreoferta podría provocar una fuerte caída en los precios internacionales del GNL, afectando directamente a los países productores y sus proyectos de exportación, como es el caso de Vaca Muerta en Argentina.
En la formación Vaca Muerta, la petrolera estatal YPF ha apostado fuertemente al GNL como una de sus principales estrategias de desarrollo a mediano plazo. Sin embargo, la previsión de la IEA de una saturación en el mercado internacional complica sus expectativas. Los altos precios actuales del GNL, que han beneficiado a los exportadores, podrían no sostenerse si la oferta continúa expandiéndose más allá de la capacidad de absorción de los compradores.
El principal destino para el GNL argentino, y de otros países productores, debería ser Europa. Sin embargo, el aumento de precios y la apuesta del continente por las energías verdes presentan un panorama incierto para los exportadores de gas. Los países europeos, que invierten cada vez más en energía limpia, podrían reducir su demanda de GNL, acelerando la transición hacia fuentes renovables.
La IEA también advierte que el exceso de capacidad mundial de GNL podría prolongar la caída de los precios por más de 25 años, con una posible recuperación recién hacia 2050. Este escenario catastrófico para los productores de GNL implica que el mercado podría verse afectado durante décadas, complicando la rentabilidad de proyectos a largo plazo como los de Vaca Muerta.
Ante este pronóstico, las compañías energéticas y los gobiernos deberán replantear sus estrategias para adaptarse a un escenario donde el GNL podría perder competitividad frente a las energías renovables. Fuente: Radio 3)
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