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En los últimos seis años Vaca Muerta recibió subsidios por 140.000 millones de pesos

¿Puede Vaca Muerta avanzar sin subsidios del estado nacional?. El esquema que inició en 2013 y continuará -por lo menos- hasta 2021, garantizó a las productoras un precio de gas en boca de pozo de 7,5 dólares por millón de BTU.
Horacio Beascochea
Por Horacio Beascochea

La decisión del Estado Nacional, primero con Cristina Fernández de Kirchner y luego con Mauricio Macri, de impulsar el desarrollo de Vaca Muerta, tuvo un impacto directo en la política para recuperar el abastecimiento energético.

Las sucesivas políticas de incentivo a la producción, permitieron el avance de los no convencionales, donde la mejora en el precio del gas alentó inversiones y desarrollos. Entre 2014 y 2019 las petroleras recibieron fondos estatales por 146.912 millones de pesos, una cifra similar al presupuesto anual de las 57 universidades públicas del país.

Carlos Ormachea, CEO de Tecpetrol, la petrolera del grupo Techint, declaró en el 2019 que los no convencionales neuquinos estaban listos para dejar de recibir subsidios. Indicó que todo proyecto de gran escala necesita apalancamiento, en Estados Unidos fue el financiamiento, para desarrollarse y luego seguir solo.

Si se revisa la serie histórica reciente de inversiones en Vaca Muerta y se la contrasta contra los desembolsos del Estado se notará la influencia directa de este respaldo. En 2014 las inversiones petroleras en Neuquén treparon a 4.834 millones de dólares y ese mismo año los subsidios directos de incentivo a la extracción de gas fueron 11.300 millones de pesos, convertido al tipo de cambio del momento significa que los fondos estatales cubrieron casi un 30% del riesgo, precisa la nota de Federico Aringoli para el diario “Río Negro”.

Con vaivenes, en 2014 el dólar cotizaba a 8,58 pesos y en la actualidad se comercializa alrededor de los 60 pesos, la presencia de la garantía estatal tuvo su impronta en Vaca Muerta: en 2015 las inversiones fueron de US$ 5.109 millones y los subsidios de $11.900 millones (17%); en 2016 US$ 3.266 millones y $43.000 millones (80%); en 2017 US$ 3.468 millones y $21.900 millones (33%); en 2018 US$ 4.530 millones y $19.524 millones (11%) y; el proyectado de 2019 dice que se desembolsarán US$ 5.343 millones y los fondos estatales serán $ (12%).

Los programas de subsidios abarcaron inicialmente a otras cuencas productoras, sin embargo los no convencionales neuquinos, el tight y el shale (Vaca Muerta), fueron los más beneficiados.

El esquema de subsidios, que inició en 2013 y continuará -por lo menos- hasta 2021, garantizó a las productoras un precio de gas en boca de pozo de 7,5 dólares por millón de BTU (la unidad calórica con la que se mide el gas). Esto buscó alentar la extracción local para reducir las importaciones vía barco que costaban entre 10 y 12 dólares por millón de BTU.

Con la revolución mundial del GNL (gas natural licuado) los precios empezaron a bajar significativamente. El gas no es un commodity sin embargo comenzó a tomar su forma. La referencia para el país siempre fue el Henry Hub norteamericano que hoy tiene un valor 2,31 dólares, una cotización similar a la que se manejaron en las últimas transacciones locales.

En la Cuenca Neuquina, donde se asienta el 80% de Vaca Muerta, esos niveles de precios hicieron sonar la alarma. Muchos campos no son rentables a ese valor.

Además se suma la estacionalidad del país, donde en el invierno sube la demanda y en verano cae fuertemente, por lo que los pozos sin conectar por falta de precio o mercado ya son una constante con la que se convive.

El resultado de los subsidios, de incrementar la producción y desalentar la importación se refleja en los números. Neuquén pasó de extraer 50 millones de metros cúbicos diarios de gas en 2013 a más de 80 millones de metros cúbicos diarios a mediados del 2019. Pero ¿Vaca Muerta ya no necesita más apalancamiento del Estado?

Además de subsidios, Vaca Muerta necesita de obras de infraestructura. Hasta que el mercado no se amplíe, lo que significa millonarias obras en transporte y hasta una planta de GNL en puerto, también millonaria y a no menos de cinco años de construcción, no se conocerá sí los subsidios se necesitan como impulso o sí, en cambio, las compañías del sector hicieron funcionar la maquinaria al calor de las garantías públicas.

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