La pandemia de coronavirus obligó a las petroleras de todo el mundo a repensar sus negocios y buscar alternativas ante un escenario complejo para el sector energético.
La consultora PwC Argentina trazó un panorama de la situación de los grandes jugadores del mercado hidrocarburífero a nivel mundial, analizando alternativas y proponiendo un tránsito hacia energías más limpias.
En el caso de Aramco, la mayor petrolera del mundo, facturó u$s 23.200 millones en el primer semestre de 2020. Menos de la mitad de los u$s 46.900 millones que registró en la mitad inicial de 2019. Su flujo de caja libre se contrajo de u$s 38.000 millones a u$s 21.100 millones.
Si bien todavía es incierto el impacto total que habrá tenido la pandemia sobre la actividad energética, especialistas estiman una caída del 15% en la demanda de hidrocarburos sólo para el 2020.
“La incertidumbre es la nueva normalidad en la pospandemia. Y la industria petrolera no es ajena. "Especializarse o reconvertirse" es, en este escenario, la opción que plantea un informe de PwC, una de las Big Four globales de consultoría en negocios”, señala la nota publicada en El Cronista Comercial.
"En distintas crisis a nivel mundial, la industria del oil & gas se ha recuperado y reinventado a través de la innovación y, seguramente, esta no será la excepción. La diferencia es que, probablemente, la crisis acelere tendencias que ya se venían dando, como la transición energética y los temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo", plantea el trabajo, al que aportaron Ezequiel Mirazón y Alejandro Roza, socios de PwC Argentina.
En lo que se refiere a la exploración y producción (upstream), “la incertidumbre sobre los rendimientos, ahora, presentan un desafío para las empresas petroleras, ya que asignan inversiones de capital entre sus negocios principales de hidrocarburos y otros de bajas emisiones de carbono, mientras vigilan sus políticas de dividendos", complementó Mirazón.
Los resultados de otras petroleras
En el caso de Chevron, los resultados del segundo trimestre (abril-junio) fueron brutales. La estadounidense Chevron anunció una pérdida inédita, de u$s 8300 millones. Similar al impacto (u$s 8335 millones) que significó el rojo de la francesa Total durante el primer semestre. La angloholandesa Shell, en tanto, vio derrumbarse 82%, a u$s 638 millones, su beneficio del segundo trimestre, en términos interanuales. Exxon Mobil perdió u$s 1100 millones. "Hemos respondido decisivamente al reducir nuestros gastos de corto plazo y al continuar trabajando en mejorar nuestra eficiencia, apalancando reorganizaciones recientes", declaró su CEO, Darren Wookds, en el anuncio de resultados.
"Son varias las empresas que están achicando las distribuciones de dividendos, incluidos grandes jugadores, como Shell o Equinor. En cuanto a los recortes de inversiones productivas, el capex global de upstream en 2020 disminuirá un 27% con respecto al de 2019, de u$s 479.000 millones, según Rystad Energy", puntualiza el informe de PwC.
El futuro
Mirando al futuro, según PwC, la industria se encontrará con varias complicaciones. Por un lado, el perfil de riesgo para las empresas integradas de petróleo y gas está cambiando. "En el pasado, el modelo integrado de tener un negocio de upstream y uno de downstream sirvió para proteger a las compañías contra los shocks de oferta o de demanda", describe.
"La crisis generada por la pandemia maltrató a ambos segmentos. Mientras el Brent llegó a caer, en promedio, un 70% desde principios de año, la caída de los precios regionales del gas fue más modesta. Además, si bien existen preocupaciones sobre las emisiones de metano en la infraestructura de gas, este parece tener una perspectiva de demanda más optimista, dado su papel como combustible de transición hacia una economía baja en carbono", agrega.
La segunda dificultad que enumera PwC es que un perfil de rendimiento más débil ya está impactando en el petróleo y el gas. "El actual precio del petróleo, mayor volatilidad (y, por lo tanto, riesgo) y mayor enfoque de los inversores en inversiones sostenibles redujeron la brecha delas tasas internas de rendimiento (TIR) del upstream y las renovables", indica el documento.
La incertidumbre en torno a cuál será la demanda de petróleo constituye el tercer escollo. "No está claro si la demanda global se recuperará por completo. Expertos de la industria esperan que mejore en cierta medida. Pero lentamente", pronostica.
Otra dificultad importante es la falta de claridad acerca de cuál será el camino para salir de la crisis, resaltando que “la crisis afectó duramente a la refinación, lo que resulta en urgentes presiones operativas. Dados los altos costos de operación y mantenimiento, los refinadores deberán tomar decisiones importantes sobre sus requerimientos de inversiones y cuándo programar cambios", observó, por su parte, Rosa.
"Prepararse para un futuro más verde y complejo", es lo que dice PwC que debarán hacer las empresas de la industria para responder a los efectos de la pandemia. "La transición energética y un movimiento hacia la inversión en ESG han estado en marcha durante algún tiempo. El Covid-19 vino a acelerar estas tendencias, lideradas por regiones como Europa", reseña.
En este escenario, las petroleras tienen dos opciones, asegura la Big Four. La primera: convertirse en empresas de energía. "Proporcionarán servicios de energía integrados, combinando múltiples fuentes de combustible o energía para satisfacer las necesidades de los consumidores. Para ello, deberán integrarse en la cadena de valor de la energía e invertir en una variedad de fuentes bajas en carbono. También, necesitarán asociarse con jugadores de tecnología para transformar su modelo operativo, con un enfoque en la percepción del consumidor", recomienda.
La segunda opción es convertirse en especialistas en petróleo y gas. "Necesitarán acceder y extraer recursos de una manera económica, agregando valor a través de la refinación, la petroquímica y la distribución", sugiere.
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