Según los registros oficiales de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) en julio, en pleno pico de invierno, se disparó casi un 250% el consumo de gasoil para la generación térmica y se multiplicó el uso de otros energéticos como fuel oil y carbón ante la caída en la producción de gas del país.
Desde mayo se incrementó la demanda de gas para los domicilios producto del aislamiento obligatorio y se priorizó el gas para los hogares, por lo que las centrales térmicas del país fueron las que más sintieron el impacto y debieron apelar a otras fuentes de energía mucho más costosas.
En julio del año pasado las centrales térmicas del país consumieron 48 millones de metros cúbicos de gas por día, pero en julio pasado ese nivel se desplomó a apenas 29,4 millones de metros cúbicos.
Ese menor ingreso de gas natural debió ser compensado dado que las centrales térmicas no frenaron su generación ante las exigencias que hubo en este invierno, uno de los más fríos en los últimos 40 años.
Es por esto que el uso de gasoil subió un 242% en términos interanuales, al pasado de los 116.127 metros cúbicos que se utilizaron en 2019 a los 396,688 que se usaron en este año, según consigna a detalle el último informe de G&G Energy Consultants.
Junto a ese mayor consumo de gasoil también se disparó el consumo de fuel oil que pasó de 57.904 toneladas en 2019 a las 177.256 que se consumieron este año, marcando un alza del 206%, precisa la nota de Victoria Terzaghi en el diario “Río Negro”.
Además también se incrementó el consumo de carbón para la generación de energía eléctrica, que pasó de las 58.741 toneladas de julio de 2019 a las 115.734 que se utilizaron este año, es decir un salto del 96%.
El consumo de estos combustibles líquidos representa un encarecimiento del sistema, dado que es importante la diferencia de precios entre los combustibles y el gas natural que además se subasta en concursos que tiene precios máximos.
También es significativo desde el punto de vista ambiental, ya que el los combustibles derivados del carbón son mucho más contaminantes que el gas natural en momentos en los que el país y el mundo apuntan a avanzar hacia una transición hacia fuentes energéticas mucho más limpias.
Imagen de Valdas Miskinis en Pixabay
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