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Carlos Ormaechea: “Vaca Muerta es la oportunidad más importante de la industria petrolera” #AOG2017

La baja de costos, optimización de la logística y eficiencia laboral, son pilares para optimizar la explotación de los no convencionales. También se mencionó la inversión en infraestructura que permitirá el desarrollo sostenido y en el tiempo.
Horacio Beascochea
Por Horacio Beascochea

Carlos Ormaechea, presidente y CEO de Tecpetrol, participó de las actividad denominada Encuentro con los CEOs, en el marco de la AOG 2017 que se desarrolla en La Rural de Buenos Aires.

Ormaechea se refirió al desarrollo de Vaca Muerta y lo definió como “la oportunidad más importante que con la que cuenta la industria petrolera argentina, en los próximos diez años”.

“El desafío es convertir esa oportunidad en realidad. Estamos frente a un recurso muy abundante, de muy buena calidad y el tamaño del proyecto que puede desarrollarse, permite que Vaca Muerta se convierta en un driver de inversión, crecimiento y empleo, con impactos muy importantes para el desarrollo de la Argentina”, dijo al inicio de su conferencia.

El CEO de Tecpetrol, brazo petrolero del grupo Techint, recordó que ya desde el 2011, la Agencia de Energía del gobierno de EEUU colocaba a la Argentina como un país muy importante para el desarrollo de la explotación no convencional, detrás de Estados Unidos y China.

Ormaechea dijo que los resultados de los primeros pozos perforados en Vaca Muerta son similares, a los desarrollados por el shale americano, en pozos chicos de la formación Marcellus. “En ese sentido, vemos que la productividad de los pozos de Vaca Muerta se compara muy bien con los pozos de desarrollo que han sido exitosos en Estados Unidos”, añadió.

“Si hablamos del tamaño, que es la otra condición con la cual yo identifico como oportunidad única el desarrollo de Vaca Muerta, estamos hablando de un proyecto que, si lográsemos desarrollarlo plenamente, tendríamos un campo en el cual solo las operadoras estarían inviertiendo entre uno y dos puntos por año, durante muchos años, con el impacto que eso tiene en la actividad y en el empleo”, dijo.

“A esto, hay que sumarles otras inversiones que otros tendrán que hacer para acompañar el desarrollo en infraestructura, con puertos, caminos, ferrocarriles, ductos, instalaciones de tratamiento y de recolección de gas”, aclaró.

Ormaechea dijo que para lograr desarrollar este proyecto hay que alcanzar por lo menos dos objetivos. “El primero es lograr la baja de costos, que nos permita desarrollar Vaca Muerta a un precio que esté por debajo de 4 dólares por millón de BTU. ¿Este es un sueño? No, es perfectamente lograble, si hacemos progresos en tres aspectos”, dijo.

“El primero es la eficiencia. El factor de utilización de los recursos que necesitamos para desarrollar Vaca Muerta, es lo que determina fundamentalmente el costo de la inversión y la operación en estos activos. Si logramos mejorar ese factor de utilización de todos y cada uno de los equipos que trabajan en Vaca Muerta, vamos a tener ahí la primera y la más importante fuente de ahorro de costos”, agregó.

“El segundo es la logísitica. En una explotación ubicada a distancia de los puntos donde se encuentran los insumos para el desarrollo. Todo lo que tiene que ver con la logística y el movimiento de los materiales, tiene un impacto muy importante, especialmente en Argentina, donde la carencia de infraestructura en muchos casos y la falta de competencia, imponen costos adicionales que nos sacan de competencia”, señaló.

“Para tener una idea: si tomo la arena, que es un elemento que usamos para la fractura en los pozos que perforamos en Vaca Muerta, ésta cuesta unos 260 dólares, con unos 200 en logística y unos 60 producirla en la cantera. Y esa logística de la arena es el 10% de un pozo, como los que estamos perforando en Vaca Muerta”, dijo.

“Si podemos bajar de manera significativa ese costo, nos puede llevar adónde queremos estar en cuanto a costos de producción”, añadió.

Otro punto importante es el de la optimización de la productividad laboral. “Vaca Muerta nos va a dar la oportunidad de tener más empleo, de mejor categoría y mejor remunerado. No se trata de bajar el costo bajando los salarios”, aclaró.

“La forma de bajar el costo es aumentar la relación entre el producto de nuestro trabajo y la unidad de tiempo que tenemos ahí, con gente mejor capacitada, con la capacidad de atender más de una actividad, muy comprometida con el trabajo y con una disciplina que nos permita minimizar los tiempos muertos. Eso es lo que nos permita bajar el costo laboral, aunque aumentemos el ingreso”, detalló el CEO de Tecpetrol.

“A estas tres cosas que son típicas de mejoras de costos, agrego dos más, una de licencia social que tiene que ver con el manejo de las relaciones con las comunidades, donde hacemos la actividad. Tiene que haber una forma de comunicación, de diálogo, de solución de problemas, que no interrumpa el proceso de inversión. Esta es la clave”, puntualizó.

“Y finalmente, si queremos competir con los mejores productores del mundo en otras latitudes, para tener oportunidad de desarrollar el tamaño que puede alcanzar Vaca Muerta, no se puede afrontar una carga fiscal que sea más grande que la que ellos tienen. Es un tema difícil, porque trabajar sobre los impuestos, significa trabajar sobre el gasto, pero es un tema que tenemos que tener en agenda, para ver cómo se puede manejar”, dijo.

El CEO de Tecpetrol afirmó que también será necesario desarrollar el mercado y alcanzar uno más grande. “Así podemos tener una masa crítica que nos permita encontrar las eficiencias de las que hablaba primero y luego poder colocar toda la producción”, indicó.

“En esto hay varias acciones concretas: el gas de Vaca Muerta va a reemplazar la producción del convencional, va a reemplazar líquidos que se usan para generar electricidad y que son más caros, va a reemplazar algo de la importación de gas licuado, mientras sea competitivamente eficiente”, dijo.

“Además, hay que trabajar en la expansión del GNC, abrir un mercado de exportaciones regionales Pero también hay que trabajar en la demanda, que tiene en promedio un crecimiento aceptable, pero si se grafica mes a mes, tiene un componente de estacionalidad muy importante, con aumento de consumo en el invierno, que debe ser resuelto para el desarrollo de un gas que no puede ser interrumpible”, indicó.

“También hay que trabajar sobre el storage y ver la posibilidad de modular los contratos de importación fijos de largo plazo que tiene Argentina, para tener más gas en invierno y menos en verano”, dijo.

“Con Vaca Muerta convertida en una realidad, Argentina tiene otras opciones. El gas compite con ventaja con cualquier otra alternativa de energía primaria en Argentina en este momento y con una cadena de valor, con una integración local, más alta que cualquiera de las opciones”, señaló.

“Entonces, tenemos dos escenarios en el que puede terminar el proyecto argentino de Vaca Muerta. Uno pobre, reemplazar la declinación de otras alternativas de gas y eventualmente sustituir importaciones. En ese sentido, nos quedamos con un proyecto de tamaño limitado y con un precio seguramente alto”, dijo.

“Pero hay otra alternativa más ambiciosa, que significa romper con el volumen la barrera de los costos, ser capaces de desarrollar este recurso al precio que se puso como objetivo (menor a 4 dólares por millón de BTU). Allí se encontrarán nuevas aplicaciones, y el gas no solo será fuente de energía, sino materia prima para la petroquímica y por qué no, tener la alternativa de exportarlo durante mucho tiempo”, dijo.

“Esta es la alternativa de la que nosotros creemos que debiera enfocarse toda la energía de la industria y la decisión del gobierno, al que vemos claramente enfocado en la importancia de desarrollar este recurso”, agregó.

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