Pablo Iuliano es uno de los dos ejecutivos de YPF que más información y conocimiento técnico acumularon en relación con el desarrollo de shale oil y shale gas de Vaca Muerta, una de las formaciones de roca generadora de hidrocarburos de la cuenca Neuquina. Dejará su cargo para liderar el ambicioso proyecto de extracción de gas no convencional que lleva adelante Tecpetrol, la petrolera del grupo Techint, en el área Fortín de Piedra, parte del grupo que lidera Paolo Rocca.

La salida de Iuliano responde, como es seguro, a varios factores. La propuesta económica y profesional de Tecpetrol se complementa, a su vez, con la posibilidad de liderar desde cero un proyecto importante, que contempla la inversión de US$ 2300 millones en los próximos tres años para extraer más de 14 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) de shale gas, estimada en cerca de un 12% de la producción actual del fluido a nivel nacional.

Sin embargo, la decisión del directivo se explicaría también por la atmósfera taciturna que se vive en YPF como resultado del enfriamiento de la relación de algunos mandos medios de YPF con su CEO, Ricardo Darré. El directivo, que en el año que lleva en el cargo construyó un perfil bajísimo con casi nulas apariciones en público y aún no presentó el plan estratégico que había prometido para fines del año pasado, cuestiona en público y en privado lo hecho por la petrolera en Vaca Muerta.

Lo hizo en una reciente visita a Neuquén con legisladores y dirigentes políticos y lo confirmó en una entrevista que concedió a la revista Apertura. “Uno no puede invertir US$ 6000 millones (en Vaca Muerta) y hacer pozos verticales sin parar. Hubo compras y contrataciones que nos dejaron de rodillas. Todavía estamos pagando las consecuencias”, disparó con dureza.

Fue una crítica a la gestión de su antecesor, Miguel Galuccio, pero también fue un golpe sin anestesia contra la alta gerencia que dejó horas en el desarrollo inicial de la formación no convencional de Neuquén. Iuliano es parte de ese top managment que hoy no tiene en claro cuál es el rumbo que pretende inferirle Darré a la compañía. Por inercia, falta de definiciones y declaraciones de este tipo, se generó un clima de desmotivación que hoy afecta a buena parte de la primera y segunda plana de YPF. Esos directivos entienden que declaraciones como las de Darré son maniqueas, simplistas y que no interpretan el contexto ni las particularidades técnicas que limitaron el accionar de la petrolera. Por eso, lo más probable es que el retiro de Iuliano sea acompañado también por la salida de otros directivos vinculados al área no convencional de la mayor petrolera de la Argentina.

En ese escenario, la mayoría de los ejecutivos de la petrolera prefieren validar sus decisiones con Miguel Gutiérrez, presidente de YPF. La diferencia de estilos entre uno y otro es palpable. A diferencia de Darré, Gutiérrez, principal vocero de la petrolera y habitué de seminarios y conferencias públicas, evitó siempre entrar en polémicas en torno a lo hecho por la gestión anterior de la empresa. Entiende que no hay valor en ese tipo de análisis y opta por enfocar su discurso en el futuro de YPF como una empresa de energía, pivoteando sobre la llegada de inversiones para elevar la actividad en Vaca Muerta.