Un día después que AXION Energy y Shell aumentaran los precios de los combustibles que ofrecen en sus Estaciones de Servicio, YPF dispuso escalar los suyos en similar porcentaje que el resto de las empresas.
La suba tardía desliza un cambio de estrategia, ya que en oportunidades anteriores, la petrolera con mayoría accionaria en manos del estado había sido la primera en ajustar los valores de la nafta y el gasoil.
En el mercado se especulaba sobre cuál era el camino que iba a adoptar YPF: Si seguir los pasos de sus competidoras o mantener los valores en los surtidores por un tiempo más. Evidentemente la gran demanda que hubo en las Estaciones de Servicio de la red durante el día domingo en un contexto de stocks limitados, fue una de las razones para adelantar la decisión, publicó el portal Surtidores.
También jugó un rol importante la presión de los expendedores, quienes vienen advirtiendo acerca de la difícil situación económica que atraviesan por los precios atrasados, a contramano del alza de los costos operativos y las nuevas escalas salariales del personal.
Cabe recordar que la última suba había ocurrido el pasado 14 de marzo, cuando los productos tradicionales treparon 9,5 por ciento y 11,5 los de categoría Premium. Según explican en el mercado, la decisión responde a la evolución de las principales variables que conforman el precio de venta al público, sobre todo de la cotización internacional del petróleo y los niveles de demanda superiores a la prepandemia, que requieren importaciones para para complementar la oferta local.
La medida, si bien resulta incómoda para el automovilista, representa un alivio para la rentabilidad de los expendedores. Es que el atraso de los combustibles agravó aún más la situación del sector en un contexto en que el resto de los precios de la economía continúa subiendo.
Por ejemplo, apuntan que mientras el precio de la nafta súper se incrementó 17.5 por ciento desde junio de 2021 hasta marzo de 2022, los precios al consumidor lo hicieron 39.7 por ciento, los alimentos y bebidas en un 43.8 por ciento, el precio de la leche fresca en sachet en un 29.1 por ciento y el pan francés un 45.4 por ciento, para tomar sólo algunos productos de referencia, todo esto según datos oficiales de INDEC.
“Desde hace cuatro años estamos operando en modo supervivencia. Primero fue la recesión, luego la pandemia y ahora un contexto económico de incertidumbre, marcado por nuevos picos de inflación y el atraso en los precios”, advirtió Gabriel Bornoroni, presidente de CECHA.
Esta evolución de los precios relativos ha provocado un peor desempeño de la facturación total de las Estaciones de Servicio del país medida a precios constantes. Durante marzo de 2022, la facturación total a precios constantes estuvo todavía 7.7 por ciento por debajo del nivel registrado en marzo de 2018, 4 años atrás. En este período, la pérdida total de facturación equivale a 5.5 meses de facturación, a precios de inicio del periodo.
Desde que comenzó la última recesión en Argentina, a comienzos de 2018, el mercado minorista de combustibles líquidos perdió -de manera acumulada- ventas por 8.2 millones de m3, lo que representa 5.2 veces el volumen total vendido durante abril de 2018, el mes tomado como referencia.
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