Dante Vicente, director fundador de Neuquén Pymes SGR, brindó precisiones sobre las Sociedades de Garantísa Recíprocas, (SGR), que facilitan el acceso al crédito a las PYMES, otorgando garantías que mejoran sus condiciones de financiamiento en las entidades financieras, mercado de capitales, organismos públicos y proveedores.

Así, cuando una PYME recibe un aval de una SGR, puede negociar con los acreedores un crédito, cheques o pagarés a una mejor tasa, tanto para inversiones productivas o capital de trabajo. En el caso de Neuquén Pymes, es la primera Sociedad de Garantías Reciprocas de la Patagonia con su Comité de Aprobación en la Provincia de Neuquén.

“Una SGR es una Sociedad de Garantías Recíprocas, que se formaron a partir de la ley 24.467 y la función principal es fomentar el financiamiento pyme. La SGR tiene dos partes, por un lado la parte del financiamiento pyme, donde se otorgan avales, para que se pueda acceder a financiamiento con el mercado de capitales y con los principales bancos. Y por otro lado, está la parte de los inversores, que forman parte del fondo de riesgo y que garantizan los avales que mencioné anteriormente”, explicó en declaraciones a Vaca Muerta News Radio. “Las SGR son principalmente conocidas por el otorgamiento de avales. Todas las SGR que tienen subsidiarias de Buenos Aires en Neuquén, cuentan los avales para las empresas y permite que accedan a financiamiento”, agregó.

“Y otra parte muy interesante es la de las inversiones. ¿Quiénes son los inversores?, son personas físicas, empresas, personas en relación de dependencia que buscan desgravar el Impuesto a las Ganancias, que es importante en Argentina y que tiene hasta el 35% de injerencia en las ganancias y lo que buscan las empresas, es reducir esto”, explicó Vicente.

“¿Cómo se hace? Las empresas hacen la inversión en una SGR, antes del cierre del balance y esto aplica al cálculo para el pago del Impuesto a las Ganancias y afecta el cálculo sobre los anticipos financieros del próximo año. Una inversión en SGR debe permanecer durante dos años, ni más, ni menos. El inversor hace un aporte en el último mes de su cierre de balance, cuando son empresas o personas físicas, responsables inscriptos y, trimestral o semestralmente, de acuerdo a la necesidad del inversor, la SGR le paga rendimientos sobre el fondo común de inversión de la SGR y al cabo de dos años, el inversor puede sacar su plata y decidir si volver a invertirla, si gastarla o darle algún otro destino”, afirmó.

“Estas son inversiones de mediano y largo plazo para la Argentina. No son para todos los públicos y en general, son mesas chicas. Esto se reserva para ciertas empresas con la cual compartimos valores, empresas que acompañen a la SGR y con las cuales queremos tener una alianza estratégica para la próxima década”, dijo.

“Contamos con un cupo limitado, que el año pasado fue de 10 inversores pequeños, que pueden ser personas en relación de dependencia. Para este año, también contamos con un cupo que pueden ser 10 inversores pequeños y es el único mecanismo que tiene una persona en relación de dependencia, para no pagar ganancias”, afirmó. “Cada vez las personas, como no ha subido el nivel o el cálculo de la base de ganancias como ha crecido la inflación, vemos que sueldos que hace cinco o seis años, no eran sujetos de pago de ganancias, hoy lo son”, agregó Vicente.

En referencia a las Pymes, Vicente explicó que cuando diferentes firmas se acercan a buscar financiamiento a una SGR, se analizan tres variables. “Por un lado está el balance, que es lo que analizan el 100% de las entidades que otorgan créditos o avales, como nuestro caso; por otro, el patrimonio de la sociedad y el de los socios y el más importante, es la parte blanda de la sociedad, que es conocer quién la lleva adelante, qué valores tiene, cuál es la experiencia y el historial”.

En este sentido, Vicente afirmó que hay cuatro formas de clasificar empresas: micro, pequeña, tramo uno y tramo dos. “Si son micro y pequeñas, los balances no siempre cuentan el 100% de la historia de la empresa, por eso, es importante conocer el carácter, quién la lleva adelante, cuál es su proyección, su educación, la parte blanda, el grupo que tiene armado.”

“Por eso, es muy importante analizar las partes blandas y nos resulta más favorable al estar en Neuquén y que sean pymes de Neuquén. Somos la primera SGR que tiene el corazón del análisis de las pymes que acompaña, de la Patagonia para abajo. El resto de las SGR, evalúan a las pymes a 1.200 kilómetros de distancia y realmente, es muy difícil en Argentina, poder evaluar a una empresa micro o pequeña, a tanta distancia”, afirmó Vicente.

Para quienes deseen interiorizarse sobre las SGR en Neuquén, Vicente sostuvo que cuentan con un onboarding digital donde los empresarios (empresas, unipersonales o monotributistas, con certificados pymes) pueden cargar sus datos en la web. “Se carga toda la documentación y una vez que está todo, eso pasa al comité de crédito. Una vez en el comité de crédito, tenemos un plazo entre una o dos semanas, para emitir una calificación”.

“También contamos con una herramienta que permite, a la hora de descontar un cheque propio o de terceros, en el mercado de capitales, avalado por la SGR, que se llama calculadora de descuento de cheques (https://www.neuquenpymes.com.ar/calculadora.html), donde el cliente pone el importe del cheque, la fecha de pago o de débito del cheque y la tasa, que depende de la oferta y demanda del mercado de capitales. A partir de eso, el cliente puede saber cuánta plata se le acreditará en la cuenta y cuáles son los descuentos de comisión de SGR, de derecho de mercado o de impuestos. Lo que buscamos con esto es transparencia”, dijo Vicente. “El mercado financiero si hay algo que ha perdido en muchos años, es la transparencia. Con esta herramienta, el cliente sabe dónde se está metiendo o cómo le va a ir. La intención es poder asesorar a las empresas. Por ejemplo, un inversor que tiene una disponibilidad de plata por seis meses y cobró un trabajo y no va a tener que invertirlo, no le sirve una SGR. En ese caso, debe buscar un fondo común de inversión dónde pueda invertir la plata durante ese tiempo, le dé un rendimiento y volver a disponerla en cinco o seis meses. Por eso, las SGR son inversiones de mediano y largo plazo, inversiones de dos años”, agregó.

Consultado sobre si es mejor un ECHEQ (Cheque electrónico) o una factura de crédito, Vicente dijo que se prefiere un ECHEQ. “Lo que tiene es transmisibilidad entre las empresas. Imaginemos que sos una operadora y yo una pyme pequeña, vos me das un ECHEQ a mí y yo se lo doy a otra pyme, que puede entregarlo a otra y otra, hasta 100 veces y esto permite el seguimiento de a quién fue. No es como el cheque físico, que solo permite tres endosos. Con el ECHEQ, se puede saber quién fue y no se pierde”.

“La factura es un buen instrumento, pero hay ciertos actores del mercado financiero que pueden descontarla. Creemos que, en diez años, van a haber más ECHEQs, que facturas de crédito, sobre todo por esto de la transmisibilidad, que la factura, no tiene. La opción de un ECHEQ, se puede ir a negociar a un banco, a una SGR o un proveedor. Y para la tesorería, en el caso de la venta de factura, una empresa productora grande, tiene que conocer quién compró la factura, porque después tiene que pagar a quién es el acreedor de esa factura, no a su proveedor y, en cambio, con el ECHEQ, es un débito automático. Todas estas herramientas para dar financiamiento, son valederas. Para nosotros, algunas tendrán más proyección de otras y más en un mercado en donde las empresas más chicas, tienen un importante rol en el financiamiento de las operaciones”, dijo Vicente.

Para finalizar, el presidente de Neuquén Pymes señaló que quienes quieran acceder a mayor información, pueden contactarse a https://www.neuquenpymes.com.ar/. “Para conocernos, visitarnos y saber qué hacemos, estamos en Rivadavia 389 de Neuquén capital, enfrente al Banco Provincia de Neuquén Empresas”.