La empresa Oleoducto Trasandino encenderá este miércoles todos los bombeos por primera vez en 15 años y llenará el ducto con agua para buscar fallas y, de no hallarlas, el sábado comenzará a operar una herramienta inteligente que revisará a detalle las condiciones de caño que cruza por debajo de la cordillera, hasta Chile.
Hasta ahora, la concesionaria de la línea que salió de operaciones en 2006, hizo la revisión y puesta a punto de cada uno de los equipos -incluyendo las tres estaciones de bombeo- pero de forma unitaria. Este miércoles se probará todo el sistema en su conjunto, una vez que se logre completar el llenado del oleoducto con agua.
Luego se utilizará una herramienta inteligente, que será la encargada de revisar el detalle la integralidad del sistema, que tiene una extensión de 427 kilómetros y que cruza por debajo de la cordillera de Los Andes.
Para llenar este ducto con agua, las autoridades de OTASA debieron tramitar la autorización para captarla de los ríos de la zona, abonar el precio de la misma, y luego se tuvo que gestionar como si tratara de una exportación los 163.000 metros cúbicos de agua que se inyectarán para completar el sistema ya que corresponden al tramo que va desde el límite fronterizo hasta Concepción, en Chile.
A la vez, detalla la nota de Victoria Terzaghi en el diario “Río Negro”, una vez completada la carga de agua se procederá al encendido crítico de todos los equipos.
De no darse mayores complicaciones, en dos o tres días, a más tardar el sábado, se procederá a ingresar la maquinaria inteligente para la revisión de la integralidad del ducto. Se trata de lo que en la industria se denomina pig, chancha inteligente o conejo inteligente en el vecino país.
“Es como un tapón que se introduce en el oleoducto que en este caso tiene flujo magnético y eso nos permite detectar si hay alguna falla, alguna pérdida de espesor en alguno de los muchos kilómetros del caño”, se explicó desde la compañía.
Se estima que este trabajo tomará entre un mes y un mes y medio, tras el cual se procederá a la elaboración del informe sobre las reparaciones necesarias, dando así inicio a la etapa dos del plan de reactivación del oleoducto.
«Estamos dentro de los tiempos previsto, un poco atrasados, pero prácticamente a tiempo y si no se detecta ninguna falla muy compleja, que no esté dentro de lo que estimamos, prevemos que el inicio de las operaciones va a poder darse en el primer trimestre del año que viene que es la fecha que espera el gobierno neuquino», indicaron desde la firma.
Cabe recordar que el Oleoducto Trasandino tiene a YPF, Chevron y ENAP como los principales accionistas del sistema que hoy recorre 427 kilómetros y que tiene una capacidad de 17.500 metros cúbicos por día, es decir 110.000 barriles diarios, y que desde YPF se trabaja en vincularlo con el oleoducto Vaca Muerta Norte, que irá desde Puesto Hernández hasta Loma Campana.
El plan de reactivación demandará una inversión de no menos de 82 millones de dólares para un sistema tan complejo que cuenta con estaciones de bombeo para que el petróleo pueda escalar la cordillera del lado argentino, y dos plantas reductoras en el país trasandino, que hacen el proceso inverso para frenar la aceleración del crudo una vez que baja de Los Andes.
La línea se inicia a una altura de 649 metros sobre el nivel del mar, llega a un máximo de 1944 metros, luego desciende abruptamente a los 804 metros y desde allí a cero, al llegar al puerto de Concepción.
Por estas condiciones, el sistema tiene una carga mínima, de casi 50.000 barriles por día, que son necesarios para garantizar que el petróleo fluya en su interior y no se vea afectado por las condiciones externas, en especial por las bajas temperaturas.
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