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Los primeros kilómetros de la Ruta del Petróleo requiere una reparación integral urgente

La Ruta Provincial 7 nace y conecta la capital neuquina con la ciudad de Centenario. Son 15 km de riesgo absoluto, con un grave y pronunciado ahuellamiento en la mayoría de su carril derecho, sin señalización horizontal ni banquinas adecuadas, sin desmalezamiento regular ni buena iluminación.
Darío Hernán Irigaray
Por Darío Hernán Irigaray

Vecinos pierden la paciencia esperando que se realicen las refacciones necesarias, explotan comentarios en las redes sociales al respecto, mientras Vialidad Provincial no informa cuando se comenzaran las obras impostergables y solo se colocan carteles indicando que la velocidad máxima es de 40 kilómetros o menos.

Por el alto tránsito de camiones y equipos pesados se produjo un acanalamiento en el carril derecho que impide el tránsito de automóviles, tornando riesgosas las maniobras de sobrepaso sobre la Ruta Provincial 7. Por tramos la profundidad supera los 30 centímetros.

Los pozos se los puede ver cómo crecen en diámetro y profundidad dañando amortiguadores, yantas y neumáticos de los vehículos que no tienen otra alternativa para trasladarse cotidianamente para ir a su trabajo o para realizar trámites.

La noche suma riesgo al trayecto y se incrementa si llueve, sumando aquaplaning. Además la obra de iluminación que fuera anunciada varias veces sigue sin culminarse y no funciona en su totalidad. “Se prende una parte, se apaga otra, parece que estuviera un nene jugando con los cables, no se entiende tanta inoperancia”, señaló Jorge Cabrera, un vecino de Centenario que recorre obligado este camino.

Vialidad Provincial responsable del mantenimiento de esta arteria crítica no tiene capacidad de disponer de personal para desmalezar regularmente la ruta, en los 15 kilómetros que unen la capital neuquina con Centenario, en el comienzo de lo que se denomina como la ruta del petróleo.

Desde vialidad se contrató a una empresa para cementar unos kilómetros en el centro de la autovía para evitar que vuelvan a surgir los yuyos en vez de quitarlos. No tuvieron éxito y la maleza comienza a surgir entre el hormigón colocado y el asfalto.

La cantidad de accidentes que se cuentan, incluyen vuelcos cinematográficos, impactos contra guardarais y tumbos, y varias muertes que pudieran evitarse si se mantuviera como corresponde.

La pintura es inexistente en su mayoría y la vez que se pintó se aplicó una pintura que no sobrepasaba el milímetro de altura, la cual se eliminó en menos de un año tras el paso incansable de vehículos de todo tipo.

El cañadón de la cabras, testigo de numerosos siniestros, suma casi todos los meses una víctima, que puede echársele la culpa de no respetar los carteles de 40 kilómetros de velocidad máxima, aunque las ondulaciones en la cinta asfáltica ayudan a desestabilizar a los conductores menos habilidosos.

“¿Cuántos muertos hay que esperar para que hagan algo?”, comentó Roberto Gómez en la red social Facebook, y otro usuario arremetió diciendo “Neuquén trasmite desidia y corrupción al ver sus rutas. Las comparaciones son odiosas, pero con solo apreciar las rutas de San Luis por ejemplo, donde no tienen ni el 10% de ingresos que recibe esta provincia, se puede ver que alguien se ha llevado lo que falta”, agregó Martina Urrutia.

China Nieto comentó que “es imposible ir por el carril derecho porque hay tremendos surcos que dejan camiones y todo el tránsito pesado: el auto toca abajo. Tampoco podes ir por el carril izquierdo, porque las camionetas gigantes (que superan la velocidad permitida) se te pegan atrás para que te apures”.

Lo cierto que los meses pasan, Vaca Muerta parece se está reactivando, y el tiempo de párate en la región no alcanzaron para solucionar las graves carencias de infraestructura que siguen sin resolverse.

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