El ministro de Energía, Juan José Aranguren, confirmó en una entrevista que paulatinamente el Estado nacional irá restando el apoyo al precio sostén del barril de crudo.

Si bien el precio teórico es de 67,5 dólares por barril, varias compañías vienen operando con un precio menor desde hace unos meses. “En el 2015 bajó 7 dólares el barril para la Cuenca Neuquina. En el 2016 se bajó un 10% más y ahora vendrá otro tipo de ajuste que nos va a acercar al precio internacional” dijo el ministro de Energía.

Preguntado por la eficiencia de la política del precio del barril interno, Aranguren dijo que “el problema es que en Argentina no hay capacidad de absorber una masa laboral despedida en otra actividad. Por eso el esfuerzo para preservar la actividad. Pero yo podría responder al revés: fue desastrosa la política de desacoplar precios del petróleo en la última década”, dijo.

“Particularmente fue criminal la decisión que tomaron en el 2007 con las retenciones móviles. Eso fue totalmente equivocado y fue lo que produjo lo que vivimos hoy en el mercado, porque en lugar de ajustar lentamente, logrando más competencia, el mercado se concentró”, expresó en un reportaje publicado por Roberto Aguirre en el diario “Río Negro”.

El titular de la cartera de Energía no se animó a ponerle fecha a ese recorte, pero adelantó que hay dos formas de hacerlo: “o se hace abrupto o se hace con algún tipo de plazo. Pero todavía no tenemos fecha”, expresó.

En otro tramo de la nota, Aranguren trazó un panorama que puede resumirse en la liberación del mercado energético y el retiro paulatino del Estado en políticas centrales como la fijación de precios de hidrocarburos.

También defendió el tarifazo, negó que exista una transferencia de renta extraordinaria a las empresas y cuestionó el nivel de concentración del mercado petrolero en Argentina.

Para el sector hidrocarburífero, adelantó dos políticas centrales: el reemplazo del Plan Gas por licitaciones para el 2018 y una nueva rebaja en el barril criollo para fin de año.

En primer término dijo que desde la asunción de la gestión de Cambiemos, “el país ha recuperado la confianza”, a la hora de hacer inversiones y manifestó su desacuerdo con la actual Ley de Hidrocarburos. “Tenemos que generar a una ley que responda a un consenso mayor, pero no creo que este sea el momento. Se podría dar dentro de un año. Hay cosas no consideradas desde el punto de vista ambiental o temas que se discutieron mucho como la participación por carry de las provincias que son detalles menores. Lo que necesitamos es más competencia y esta ley genera menos competencia”, dijo.

“Tenemos que lograr que los mercados se desconcentren. La mejor forma de que los precios bajen es que haya competencia. Hablo de petróleo, gas y combustible. Necesitamos una ley que englobe todo el sector”, precisó Aranguren.

Al referirse a Vaca Muerta, dijo que “hay que poder recuperar de forma eficiente los recursos que tenemos para que sean reservas. Vaca Muerta y las formaciones de Neuquén van a ser importantes para reemplazar el gas que estamos importando, un verdadero absurdo. Tenemos que trabajar para mejorar la productividad y eso estamos haciendo con los gremios y las empresas.”

En el caso del Plan Gas sostuvo que “sigue hasta el 2017. Para adelante vamos a llevar el mercado hacia un sistema donde recuperemos los contratos de largo plazo. Queremos que cada productor le venda a la distribuidora por su parte, y que no esté el Estado en el medio. Hay que llevar el gas a un precio de mercado. En el 2018 y el 2019 vamos a proponer una transición con licitaciones de bloques de oferta de gas, que un productor pueda ofrecer al distribuidor y a los grandes usuarios, con algún tipo de incentivo.”

Aranguren negó que el precio de 7,5 dólares el millón de BTU, uno de los más altos del mundo esté generando una renta extraordinaria a las empresas. “La mejor forma de verificar que no se está regalando renta es aumentar la competencia. Si no se cree en el mercado llegamos a lo que estamos hoy: importar un 30% del gas. Eso pasa cuando se dirige arbitrariamente. Nos podemos “hacer los rulos” con el tema de la renta extraordinaria pero lo que más importa es aumentar la competencia. Los gobiernos provinciales también tienen responsabilidad: cuando hay un inversor que no invierte hay que quitar la concesión”, dijo.

Por último se refirió al tarifazo y explicó que “la discusión fue política. Es más, la propia propuesta del tope del 500% vino de la Patagonia, donde el sector comercial estaba pagando tarifas irrisorias. Esa región tiene dos tipos de beneficios que impactan en las tarifas y eso no genera conducta en la población en el uso de un recurso que se agota”, agregó.

“Usted hizo referencia a la renta extraordinaria, lo que tenían antes los comerciantes de la Patagonia era una renta extraordinaria. Hay que preguntarse si está bien que sea la energía el elemento que le dé rentabilidad a una empresa. ¿Competitividad con energía regalada? ¿Por cuánto tiempo podemos hacerlo? Tenemos que terminar con el despilfarro de energía”, cerró el ministro.