La merma en la actividad petrolera, debido a la caída del precio del crudo ya se siente en la cuenca neuquina, con baja de equipos, menos perforaciones y suspensiones de trabajadores.

Según datos de la Subsecretaría de Energía de Neuquén a los que accedió el diario “Río Negro”, se pasó de 45 a 30 pozos en los primeros 30 días de enero. Los niveles de perforación, así como la presencia de equipos en el campo, son dos de los indicadores más importantes que reflejan la situación petrolera.

Vale aclarar que la falta de nuevas perforaciones no significa que la actividad esté frenada ya hay mucho trabajo en la superficie, para sostener los pozos que están en producción.

El principal problema radica en la naturaleza del mundo no convencional. La lógica que tienen estos yacimientos exige un ritmo continuo de perforación para poder sostener niveles rentables de producción. El CEO de YPF, Miguel Galuccio, aseguró tiempo atrás que hacen falta al menos 1.000 pozos en un área para poder tener una dimensión del tamaño del negocio y en Loma Campana sólo había 470 a diciembre del 2015.

Ante la crisis, la primera reacción de las empresas es dejar de perforar y apostar a rentabilizar al máximo los yacimientos y sacarle el jugo a los pozos ya perforados.

Las estadísticas muestran que las incursiones al subsuelo neuquino caen de forma más marcada en el negocio no convencional. De 23 pozos shale perforados en enero de 2015, se pasó a tan sólo 12 en el mismo mes de 2016.

Mientras terminan de presentar sus balances de 2015, las principales operadoras de la cuenca definen su plan de inversiones para el 2016. Aunque en el gobierno neuquino hay expectativas de que se mantengan los niveles del año pasado, lo cierto es que difícil esperar una actividad similar con una treintena de equipos parados.

Lo positivo, dentro del panorama actual, es que ninguno de esos equipos abandonó la cuenca. Esto se debe a que con un petróleo interno de 67,5 dólares el barril, la zona es una de las más activas del mundo.

En cuanto a las suspensiones para evitar despidos compañías como Schlumberger, Halliburton y Baker iniciaron en marzo el cronograma que difunde los listados de trabajadores afectados, el tiempo de suspensión y el salario diario que cobrarán, según consigna el informe de Roberto Aguirre.

La situación, que repercute en los salarios y en la economía de la región, ya generó resquemor en el esquema usado para calcular el cobro de los trabajadores suspendidos. Según explicó a "Río Negro" el empleado de una importante empresa de servicios que pidió no revelar su nombre, se calculó un promedio de los últimos 6 meses para descontarle luego el 50%.

Esto significa que quien estuvo pocos días en el campo o bien estuvo licencia cobrará mucho menos durante los días que esté suspendido.

Como ejemplo, un trabajador promedio de servicios especiales cobra al menos 1.000 pesos por día de trabajo en el campo y varios trabajadores algunos de ellos con categorías altas y antigüedad cobrarán hasta un 60% menos.

Por otro lado, también se aclaró que los días de suspensiones son efectivos, es decir que no incluyen francos. Eso podría afectar aún más los ingresos de los empleados.