En una audiencia de determinación de la pena realizada el lunes 26 de septiembre, la fiscal del caso Rocío Rivero requirió ante un tribunal colegiado que Néstor Loreto San Martín sea condenado a seis años de prisión de cumplimiento efectivo, por robar en una distribuidora en nuestra ciudad.

Además, la fiscal del caso solicitó que se unifique la pena requerida con una condena anterior de 16 años y 6 meses de prisión impuestos en la vecina provincia de Río Negro, donde San Martín se encuentra cumpliendo pena. Por este motivo, Rivero pidió también que se declare la segunda reincidencia.

Tras un juicio realizado en mayo de este año, por unanimidad, el acusado fue declarado penalmente responsable por el delito de robo agravado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no ha podido ser acreditada, en carácter de autor (artículos 166 último párrafo y 45 del Código Penal).

En la audiencia del lunes, la representante del Ministerio Público Fiscal detalló los agravantes que tuvo en cuenta para arribar al monto de pena solicitado: la naturaleza de la acción y las circunstancias en las que cometió el hecho; que hizo tareas de inteligencia previa en el lugar; que no se pudieron recuperar todos los elementos sustraídos; y finalmente la existencia de antecedentes penales y que se encontraba gozando de los beneficios de la libertad asistida.

La defensa de San Martín requirió que la pena para su defendido sea de 4 años de prisión y que la unificación de las condenas sea realizada en la ciudad de General Roca de la vecina provincia, por ser allí donde se le impuso la pena más alta.

Los jueces y la jueza que integran el tribunal colegiado manifestaron que darán a conocer su decisión dentro de las próximas 48 horas en una audiencia de lectura de veredicto.

Reseña

La teoría del caso que acreditó la fiscalía en el juicio fue que el hecho ocurrió el 11 de junio de 2021, cuando Néstor Loreto San Martín junto a una mujer que resolvió su situación en otra instancia judicial, ingresó al comercio “Luconi”.
El ahora condenado recorrió el lugar y realizó una compra. Tras retirarse, San Martín regresó, sacó un arma de una mochila y en la puso en el abdomen de una empleada para exigirle la recaudación del día. En ese accionar sustrajo un total de 15 mil pesos y otros elementos y escapó.