En ese sentido, el dirigente resaltó el trabajo de la Secretaría de Energía que conduce Darío Martínez “porque se está logrando dar un esquema de previsibilidad y confiabilidad a un sector que en la última década ha sufrido el impacto de la indefinición y sinuosidad de la política".
“Por primera vez vemos que se plantea un proyecto, que aún debe ser tratado en el Congreso de la Nación -aclaró-, que plantea alcances mucho más largos que los ciclos de la política. Los trabajadores conocemos el proyecto y sabemos que es fundamental que se logre consenso para desarrollar Vaca Muerta, recuperar los yacimientos maduros y reforzar el entramado de pymes locales, porque eso implica más fuentes de trabajo y que se garantice el acceso a la energía en cantidad y calidad”, explicó.
Aunque admiten desconocer el proyecto, algunos “analistas” lo cuestionan. “De más está decir que esa actitud es un aporte nulo a un debate urgente y necesario que nuestro país debe dar en materia energética".
”Desde la organización sindical entendemos la importancia de avanzar en la transición energética y productiva de una forma ambientalmente sustentable. En los próximos años, tal como estipula el Acuerdo de París se debe avanzar en programas de transición energética, algo que nuestro país adoptó en el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático, (Ley 27520). En ese sentido, el Gobierno Nacional no solo ha impulsado un programa de estímulos a la producción de gas incremental, fundamental para cumplir con esos objetivos, sino que ahora avanza en la ampliación de infraestructura para dotar a la producción de mayor previsibilidad”, explicó Pereyra, y destacó la idea de premiar a “aquellos proyectos que incluyan un plan asociado a la sustentabilidad energética”.
En relación a la producción de petróleo, un commodity del cual somos tomadores de precios, Pereyra destacó que no solo "permite a las empresas negociar con las refinerías un precio de manera libre, sino que fija un tope al porcentaje a la retención a las exportaciones para que las empresas puedan buscar y abrir mercados mundiales tras producir para abastecer al mercado interno”.
“Se fijan reglas claras y se trabaja para el desarrollo de las economías regionales en su entramado empresario. Hay claros beneficios fiscales y mayor acceso a divisas, algo reclamado por el sector empresario, que a cambio deberá presentar un plan de desarrollo de las cadenas de valor locales. Y es claro que los incentivos que algunos critican no son más que beneficios impositivos destinados a liberar las dinámica de las empresas para que puedan invertir y desarrollar los recursos hidrocarburíferos ahora, pensando en un futuro de energías limpias”.
“Debemos evitar dilapidar el tiempo en discusiones bizantinas e inconducentes que retrasan planes de inversión. La mezquindad política debe quedar de lado frente a cuestiones técnicas que deben dirimirse en los ámbitos correspondientes, no a través de los medios en tiempos de campaña y silencio tras las elecciones”, apuntó Pereyra.