El presidente de YPF, Pablo González, estimó que en 2022 la empresa logrará el aumento de producción más alto de los últimos 25 años en gas y petróleo, al tiempo que ratificó la decisión de la compañía de apuntalar los proyectos en energías renovables para la transición energética que aspira a liderar.
En una entrevista con Télam realizada en el marco de una serie de notas especiales de cara a la celebración del centenario de la compañía, que se cumplirá el viernes 3 de junio, el directivo santacruceño hablo con una perspectiva histórica sobre el futuro de la empresa, los planes que tienen para Vaca Muerta, el litio, el gas natural licuado (GNL) y la participación en la exploración off shore.
A continuación los principales tramos del reportaje con Télam, realizado por Ignacio Ortiz.
- Télam: -¿La historia de YPF a lo largo de estos 100 años qué le aporta al actual proceso de desarrollo y transición energética del país?
- Pablo González: -La historia de YPF tiene un antes y un después con el descubrimiento de Vaca Muerta. Ahí hay un claro punto de inflexión. Desde el descubrimiento del petróleo en 1907 se empezó a discutir en Argentina si el petróleo es un commodity o es un bien estratégico nacional. En ese contexto se desarrolla un modelo que convierte a YPF en la primera empresa integrada estatal del mundo. Es importante tener en cuenta el rol que tuvieron las provincias como productoras, las cuales finalmente se logran constituir en una organización federal de provincias productoras de hidrocarburos.
La industria hidrocarburífera nacional siempre tuvo a YPF como líder, y esos pozos que se descubrieron desde 1907 van declinando y si no se hubiera descubierto Vaca Muerta hoy no habría transición energética de la que podamos hablar, porque ese proceso se financia con la producción del petróleo y gas, y es justamente la decisión de (la por entonces presidenta) Cristina (Fernández de Kirchner) y la sanción de la Ley 26.741 lo que determina que podamos ser optimistas en el futuro con respecto al desarrollo energético de YPF.
- ¿Cómo encuentra el centenario a la empresa en lo financiero y lo productivo?
- En los últimos dos años YPF bajó 1.700 millones de dólares su deuda. Está a niveles del año 2015, en alrededor de unos US$5.200 millones, y no es deuda que signifique una presión sobre los recursos que tiene que destinar para sus inversiones ni que condicione a corto plazo. La calificación de deuda mejoró, lo cual da el optimismo necesario para ejecutar este año el plan de inversión de 3.700 millones de dólares solamente de capex (inversión en capital). En opex (costos operativos) hay otro tanto por unos 4.000 millones de dólares más que es neto de YPF sin tener en cuenta lo que aportan los socios, y es la inversión más alta de los últimos cinco años. El año pasado la empresa facturó 14.000 millones de dólares y tuvo 4.000 millones de Ebidta (beneficio empresario antes de intereses financieros, impuestos y amortizaciones), y tras un 2020 de equilibrio luego de la pandemia, este año el primer trimestre cerró con una utilidad de 26.000 millones de pesos.
En materia de producción, el año pasado pudimos parar cinco años de declino y lograr un aumento en barriles equivalentes, y este año se va a dar el aumento de producción del 8% vegetativo, el más alto de los últimos 25 años porque no tiene en cuenta la adquisiciones de las compañías en el 2014. Es entonces el salto más grande en producción, a partir de los actuales 550.000 barriles equivalente de petróleo y gas
-¿El reciente decreto de incentivo a las inversiones contribuirá a poder incrementar la inversión prevista?
-El Decreto que establece el sistema de acceso a divisas por incremental de la industria va a impulsar las inversiones y el horizonte de acá hasta fin de año va a ser importante. Venimos bien con la ejecución del presupuesto, no tendríamos necesidad adicional de salir al mercado de acá a fin de año, luego del crédito de 300 millones aprobado en enero. Vamos a poder financiar todo el todo el horizonte de inversiones que son 2.800 millones en upstream y de ahí 1.600 millones en no convencional y 1.200 millones en convencional. Porque el Decreto no es sólo para Vaca Muerta: el que habita en la cuenca, del Golfo San Jorge, la cuenca Austral o en Mendoza o en Salta, también estaba esperando una señal para los pozos maduros y que haya un crecimiento, y esto va a acompañar y va a elevar el curso a ese crecimiento. Tiene aspectos que benefician a las cuencas maduras o a los pozos de de baja productividad y eso es muy positivo, le da un adicional a aquel que invierta con lo cual está impulsando la inversión en lugares donde el capital más importante no va y que entre otras cosas va a permitir invertir en crudo pesado tan importante ante el faltante de gasoil.
-Con un precio internacional del crudo tan atractivo para exportar, ¿hay una tensión entre las petroleras por ese faltante?
-Del incremento de la demanda de gasoil de abril YPF representó un 75%. Hay un precio internacional que presiona el mercado interno y las empresas es claro, obvio y lógico y razonable que quieran mayor rentabilidad e indudablemente están pensando en exportar así que es el equilibrio que hay que tener. El mes pasado hubo un acuerdo de productores, no hizo falta ninguna medida administrativa, para abastecer las refinería que también es cierto hoy están al tope de lo que pueden tolerar de crudo y no alcanza. Hoy se necesita importar después que hemos tenido la mayor demanda de gasoil de los últimos diez años.
Hoy se está exportando en la industria el 30% de lo que se produce, y eso también está generando presión sobre el abastecimiento y sobre el mercado interno porque el barril hace un año estaba en 75 dólares y ahora está a 110 dólares y esa fluctuación genera la tensión que estamos teniendo con el valor del precio local. Ese acuerdo vence el mes que viene y la idea es renovarlo.
-Para el desarrollo que Vaca Muerta requiere, ¿cómo piensan lograr una sinergia mayor de las empresas que ya operan y las que puedan venir ?
-Yo veo que eso existe, que hay una sinergia muy importante. Estamos pensando en mayores inversiones y mostrar resultados, y todas las empresas vienen diciendo que son muy buenas las perspectivas. Y eso se puede lograr en función de ir aprendiendo conjuntamente en función de los contratos que oportunamente se firmaron, como el de Chevron durante la gestión de Cristina Kirchner.
Si ese contrato no se hubiera concretado, Argentina no hubiera tenido el aprendizaje que necesita para algo que en ese momento era absolutamente novedoso como el fracking y el shale, lo que abrió la posibilidad de explotar esa reserva, de la que todavía no se ha explotado ni siquiera el 10%. Todavía quedan por aprender y claramente esa inversión no la puede hacer YPF solo, sino que necesita que otras compañías vayan, que haya asociación, que haya esas sinergias que existe y para eso estamos en forma permanente trabajando con las empresas en nuevas asociaciones.
-¿Así como mencionaba un antes y un después para YPF con el descubrimiento de Vaca Muerta, ocurrirá lo mismo con el offshore?
-Estamos en una etapa de suministrar información, de explicar que se están respetando absolutamente todas las normas ambientales, y que la sísmica que se va a hacer a 400 kilómetros de las costas de la Argentina, en otros países del mundo son absolutamente seguras. Me parece que el país tiene una potencialidad que puede llegar a duplicar la producción que hoy tenemos de crudo, hablando del CAN100 asociados con Equinor.
Ahora estamos esperando la resolución judicial de la Cámara Federal (de Mar del Plata), que me llama la atención que justamente un intendente de Juntos por el Cambio (por Guillermo Montenegro) haya liderado esta protesta, a mi modo de ver, sin razón. Fue su propio gobierno el que realizó esta licitación, y llama la atención que no respeten la regla de juego que ellos mismos crearon y ahora digan lo contrario y se suban a la demagogia de un carro ambientalista.
-A partir de esta conflictividad social y política que se ha generado, ¿se analiza la posibilidad de trasladar la base de operaciones de Mar del Plata a Bahía Blanca?
- PG: No es una decisión que hoy estemos hablando, pero que eventualmente ese proyecto se concrete el día de mañana va a generar muchos puestos de trabajo en los puertos en los que opere. Así que sí, claro que el Puerto Bahía Blanca tiene todas la posibilidades en ese sentido.