El Gobierno nacional busca la “salida exportadora” para que no falten dólares en la reactivación económica de la pospandemia. Si bien en este año habra un récord de exportaciones gracias a los altos precios de los commodities, las cantidades exportadas se encuentran estancadas desde 2011. Con una última década donde las exportaciones se concentraron en la soja, se buscará revertir las caídas en las manufacturas industriales y potenciar sectores como la minería y la energía.
Con un mercado de deuda internacional cerrado, el Gobierno ve en el comercio exterior el “determinante” para que el país pueda crecer y que no falten divisas. Sin embargo, ya pasaron diez años desde el récord de exportaciones, cuando en 2011 superaron los u$s80 mil millones (el año pasado apenas superaron los u$s50 mil millones) y el país mantiene déficit con sus principales socios comerciales: en el caso de Brasil, la balanza en rojo acumula u$s64,4 mil millones en los últimos 20 años.
Los datos surgen del último informe del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo. A partir de 2013, destaca que se profundizó la concentración en productos, lo cual implica “mayor exposición a los vaivenes de la demanda y los precios internacionales, dando como resultado una mayor volatilidad de los ingresos”.
Por eso, el Gobierno intentará revertir la caída que vienen experimentando las manufacturas de origen industrial con el armado de un plan industrial. Además, volver a potenciar a sectores que en algún momento fueron de relevancia, como la energía y la minería, y que se desplomaron en la última década. Para eso, prepara la presentación de un proyecto de ley de hidrocarburos y de un plan estratégico para el desarrollo minero, señala la nota de Florencia Barragan en Ámbito Financiero.
En cuanto al valor exportado, en los últimos 20 años lo más exportado fueron las manufacturas agropecuarias (MOA 35%), seguido por las manufacturas industriales (MOI 32%), en tercer lugar, los productos primarios (23%) y en último el combustible y la energía (CyE 10%).
La participación en el total de exportaciones industriales llegó a su pico en 2011, cuando representaba el 35% de las ventas al exterior. Entre 2010 y 2012 ocupaba el primer lugar, por encima de las manufacturas agropecuarias. El último dato, del año pasado, cerró en el número más bajo de los últimos 20 años (24%). “La pérdida se explica por el declive relativo de Brasil como socio comercial, y la mayor dificultad de la industria argentina lejana al complejo agroindustrial para exportar”, describe el CEP XXI.
La peor evolución en materia de exportaciones se dio para combustible y energía. Pasaron de explicar el 18-19% de las exportaciones en 2000-2005, a ser menos del 5% en 2015-2016. El máximo volumen exportado fue en 2002, pese a que los precios internacionales se encontraron luego en altos niveles. “Ello se debe a la pérdida del autoabastecimiento energético, derivada tanto del aumento de la demanda local (producto del crecimiento económico de dicho período) como del declino en la producción local de petróleo y gas”, explica el CEP XXI. Desde 2016, vuelven a ganar cierta participación por la puesta en marcha de Vaca Muerta.
En cuanto a la minería, la participación en el complejo exportador acumulada en los últimos 20 años es muy baja. En oro y plata es del 2,92%, en cobre 1,69% y en litio 0,16%. En 2002, el cobre retenía el 2,5% de las exportaciones, con un máximo de 4% en 2006, y en 2020 la participación fue casi nula, debido al cierre de la única explotación minera de cobre. En el caso del oro y plata, tuvo un gran crecimiento: pasó de representar el 0,5% del total exportado en 2002 al 4% en 2020, por lo cual es el segundo complejo que más creció en términos relativos, debido a la puesta en marcha de proyectos mineros en San Juan y Santa Cruz. (Fuente: Ámbito Financiero).