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¿YPF controlará Vaca Muerta desde Buenos Aires?

El 13 de diciembre YPF inauguró en Puerto Madero un centro desde donde monitoreará en tiempo real las operaciones de la cuenca neuquina, a 1.200 km del epicentro de la actividad. La medida refuerza la centralización y desarraigo de la compañía respecto a Neuquén, lo que generó voces en contra.

Por Darío Irigaray

Desde la Torre YPF en Puerto Madero, la principal empresa energética de Argentina manejará las operaciones de Vaca Muerta a través de su nuevo Real Time Intelligence Center (RTIC). Este modelo, inspirado en la centralización de datos y tecnología, aseguran, buscará mejorar la eficiencia, aunque refuerza la idea de una desconexión territorial en Neuquén.

La decisión de establecer un centro de control en Buenos Aires ha despertado críticas que apuntan al impacto que tiene en la provincia de Neuquén. Mientras otras potencias petroleras, como Estados Unidos, ubican sus centros operativos cerca de los yacimientos, en ciudades como Houston, que vive y respira la industria energética, YPF opta por operar desde una zona alejada, más asociada a la comodidad corporativa que a los desafíos del terreno.

El RTIC concentrará su actividad en el análisis de datos en tiempo real, empleando inteligencia artificial y conectividad satelital. Pero las comunidades en Neuquén ven con preocupación cómo esta innovación tecnológica no viene acompañada de un compromiso más cercano con el territorio. “Decidir desde una oficina a cientos de kilómetros, sin pisar el terreno, es desconectarse de los problemas reales que enfrentamos acá”, expresaron referentes locales.

Como ejemplo, Tecpetrol en Neuquén inauguró en 2021, su centro de control, de 10.000 m2, siendo un símbolo del compromiso a largo plazo del Grupo Techint con la región y el desarrollo energético del país. Su espacio equipado con tecnología avanzada, permite monitorear en tiempo real las operaciones de perforación, logística y producción en la Cuenca Neuquina y el yacimiento Fortín de Piedra, que produce el 14% del gas del país.

Esta cercanía fomenta inversiones en infraestructura y empleo local, algo que Neuquén siente cada vez más lejano con la centralización de YPF en Buenos Aires.

Mientras tanto, Puerto Madero, con su paisaje corporativo, se convierte en el centro de mando de una operación que tiene en Vaca Muerta su mayor activo. La tecnología permite manejar a distancia los detalles de la perforación, pero la falta de arraigo territorial alimenta el debate sobre la desconexión entre quienes toman decisiones y quienes enfrentan los desafíos diarios del sector energético.

Para muchos, el modelo elegido por YPF no solo centraliza los beneficios en la capital, sino que también limita las oportunidades de desarrollo para una provincia que aspira a más que ser simplemente una fuente de recursos. Las demandas por una mayor presencia de la empresa en el territorio, con generación de empleo y mejoras en infraestructura local, contrastan con una estrategia que prioriza la comodidad de operar desde lejos.

El futuro de Vaca Muerta está en juego, y con él, el impacto que puede tener en el crecimiento de Neuquén. Mientras YPF apuesta por la centralización tecnológica, las preguntas sobre cómo equilibrar eficiencia e integración territorial quedan abiertas. Neuquén, con su rol protagónico en la producción energética nacional, espera respuestas que estén más cerca de su gente y sus necesidades.

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