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Mujeres en la industria petrolera

Ser mujer y trabajar en el petróleo: “Todo se puede, mi consejo sería no rendirse nunca”

María Agustina Benincampi, mamá, trabajadora petrolera y estudiante, repasó un día de trabajo en la industria. Conocé su historia.

En una actividad predominantemente masculina, la presencia de mujeres en la industria del petróleo crece con el correr de los años. María Agustina Benincampi, trabaja en el área Entre Lomas, en la Planta de Tratamiento de Crudo.

En diálogo con Vaca Muerta News Radio, reveló que llegó hace tres años desde Tucumán, con sus tres hijos. “En octubre van a ser tres años que llegué a Neuquén. Yo tuve un problema con el papá de mis hijos y tuve una separación muy fea. Dejé todo en mi provincia y me vine con mis hijos, para empezar otra vez mi vida. Mi mamá ya vivía acá -porque no es lo mismo irse a otra provincia si no conocés a nadie- y ella me ayudó a conseguir un alquiler. Así empecé de nuevo, con mis hijos, para dejar los problemas atrás”.

Agustina relató que el trabajo en la industria petrolera es muy sacrificado y que muchas veces sale y regresa de noche a su casa. “Me levanto a las 5,30 de la mañana. Vivo en San Patricio de El Chañar y tengo que viajar hasta Campo Grande (sobre la Ruta 151 y 69, en Río Negro). Luego nos pasa a buscar el colectivo y nos lleva hasta el yacimiento Entre Lomas, cerca de Catriel”.

La jornada laboral de María Agustina es -en general- de lunes a viernes. “En horarios normales, vuelvo a casa a las 19 horas. Si no hay mucho trabajo y no tenemos diagrama, lo hacemos de lunes a viernes, pero a veces, nos toca también trabajar sábado y domingo”, dijo. “Y al llegar, como todas, las personas, sigo con la rutina de la casa. Tengo tres hijos y aprovecho el fin de semana, para hacer algo con ellos”, agregó.

En el yacimiento, María Agustina ingresa y organiza tareas pendientes o a realizar con el jefe de la obra. “Todas las tareas siempre se planean de un día anterior al otro y, dependiendo qué sea, nos vamos organizando. Lo primero es firmar los permisos de trabajo, el ingreso y salida de entrada a la planta. Mi trabajo es estar en la oficina y en el campo”.

“Mi puesto es en Control de Calidad en la Planta de Tratamiento de Crudo (PTC), donde se procesa el petróleo. Mayormente, la tarea consiste en controlar obras a ejecutar, inspeccionando que se cumpla lo que manifiesta el plano. Cada empresa tiene su forma de trabajar y el control de calidad se encarga de que se cumpla al pie de la letra lo que dice el contrato y la ingeniería, en este caso de Vista Oil &Gas, que es la empresa para la que estoy trabajando”, manifestó Agustina.

En referencia a su experiencia como mujer, en una actividad dominada por los hombres, Agustina señaló que trabaja muy bien. “Desde que ingresé al rubro, he encontrado muchas mujeres y hombres, con buena predisposición para enseñar. No tengo quejas, estoy contenta, en este tiempo he aprendido mucho y estoy muy a gusto”.

“Me gusta la actividad que hago. Soy muy curiosa y veo, en el caso de los hombres que trabajan conmigo y a los que les he preguntado cosas que no sabía o de otros puestos de trabajo ajenos a los míos, que siempre han estado predispuestos a enseñarme y explicarme. Si una quiere aprender, la gente ve eso y la respuesta, del otro lado, es la de enseñar. Así una aprende y puede llegar más lejos. Por lo menos en mi experiencia”, resaltó Agustina.

“Este es un trabajo sacrificado, con buenos sueldos, pero también una se expone a muchos peligros. Por ejemplo, en mi área se controlan mucho las cañerías que llevan mucha presión y si eso falla, puede costar la vida de una persona. Una es consciente que puede haber un accidente. Por eso, siempre se cumplen las normas de calidad, para que esos accidentes no ocurran”, manifestó.

“En ese sentido, siempre vamos con todos los elementos de seguridad y desde Seguridad de Higiene, verifican que se cumplan todos los controles. Cuando se ingresa a la planta, hay que dar aviso del ingreso, hay pautas para realizar trabajos y no se puede hacer ningún trabajo en la planta, sin estar habilitada. No es ir y trabajar. Se deben cumplir diferentes pautas, para la seguridad de todos”, afirmó.

En este marco, Agustina recordó que cualquier persona que está trabajando, puede detener una actividad, si se detecta que alguien se está equivocando. “Eso es muy importante, somos seres humanos y nos podemos equivocar. Siempre están en juego un grupo de factores para evitar problemas. Reitero, es un trabajo sacrificado, pero tengo la suerte de poder hacer lo que me gusta”.

Además del trabajo durante todo el día y de atender a sus hijos, Agustina está estudiando. “Estoy terminando una tecnicatura de Recursos Humanos, en el Instituto Séneca, en una modalidad intensiva, en la que curso los sábados, con clases presenciales y he tenido otras virtuales. Si Dios quiere, el año que viene, me recibo. Son tres años y ya pasé el primero, con todas las pilas”.

Por último, consultada sobre qué consejo le daría a otras mujeres que quieran ingresar en la actividad petrolera, Agustina señaló que no dejen de ser curiosas. “Hay que leer mucho. Querer es poder. Si una se queda con que no puede, que tiene hijos, que son muchas horas de trabajo o que es lejos, no llega a ningún lado”.

“Se trata de ponerse las pilas, estar en positivo y las cosas se van dando, es así. Yo estoy sola, con mis hijos, de una provincia que no es la mía, soy de Tucumán. Me he animado y me he capacitado con esfuerzo. Una siempre se esfuerza, pero si hay un propósito en algo, se llega. Todo se puede, las mujeres podemos. Mi consejo sería ese: no rendirse nunca. Siempre hay una esperanza, todo tiene solución. Si yo pude, con mis tres hijos, creo que cualquier mujer también puede”, cerró Agustina.

Mujeres en la industria petrolera Día del Trabajador y la Trabajadora VACA MUERTA

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