A pesar de Vaca Muerta y la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, el país vive una inédita crisis en la provisión de gas, que ya obligó a cortes a las industrias y la suspensión de la venta de GNC, entre otras medidas.
El problema de la falta de gas natural en el sistema se agravó el martes 28 de mayo por la tarde. En una reunión de urgencia convocada anoche por el Gobierno, el Comité de Emergencia decidió que haya cortes de gas a todas las estaciones de servicio de Gas Natural Comprimido (GNC) del país y también a las industrias, incluso aquellas que tienen contratos "firmes" (no interrumpibles) y por el que pagan el combustible más caro que el resto.
El comité tomó la definición a las 22, tras una reunión convocada por la Secretaría de Energía, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) y las empresas. La preocupación oficial es garantizar el gas para los hogares y comercios, que son demanda "prioritaria" (ininterrumpible), así como un mínimo de combustible para que funcionen las usinas térmicas y puedan generar energía eléctrica -evitar apagones-.
El principal motivo de la profundización de la crisis es que un barco de Petrobras (Brasil) que debió haber descargado ayer el Gas Natural Licuado (GNL) que importó Energía Argentina (Enarsa) de manera directa -sin licitación- no aceptó la modalidad de pago que propuso el país, con una carta de crédito, ya que la Argentina no tenían los "dólares en la mano", publicó Clarín.
Cómo se desató la crisis energética impensada
Las distribuidoras de gas habían ordenado el martes ampliar los cortes de suministro en el Norte del país a las industrias y estaciones de servicio de Gas Natural Comprimido -GNC- con "ventana firme" (es decir, una provisión para la que tenían un contrato no interrumpible).
Según una carta publicada por Clarín, la empresa Litoral Gas había notificado temprano a sus estaciones de Gas Natural Comprimido (GNC) e industrias que deberían cortar el suministro para priorizar el consumo de los hogares y comercios -"demanda prioritaria" en Rosario, Venado Tuerto, Firmat, Chabas y Casilda por la noche del martes. El objetivo era "preservar la estabilidad del sistema".
La crisis energética imprevista se desató la semana pasada por el frío polar, la alta demanda de los hogares y comercios (unos 80 millones de m3 diarios, cuando en esta época del año pasado era de 45 millones de m3 al día) y un despacho energético que priorizó el ahorro fiscal de subsidios cuando no estaban terminadas las obras complementarias del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta.
Las constructoras encargadas de instalar las plantas son Sacde, en Tratayén (Neuquén), y la Unión Transitoria de Empresas (UTE) Esuco-Contreras Hermanos, en Salliqueló y Mercedes (Buenos Aires). Las obras no avanzaron por dos razones: por un lado, durante el gobierno anterior, la falta de reservas en el Banco Central (BCRA) restringió la importación de insumos y en la actual administración, si bien se normalizaron las importaciones, hubo otra decisión política de frenar a cero la obra pública desde el mes de noviembre del 2023. Con esta decisión, pese a que las empresas constructoras firmaron con la nueva conducción de Energía Argentina (Enarsa) –la estatal que lleva adelante las obras del gasoducto– la adenda para actualizar el valor de los costos de julio de 2023 a los precios actuales.
A Sacde se le debe un pago de US$25 millones, mientras que la UTE Esuco-Contreras Hermanos reclama US$10 millones. El presupuesto está aprobado por el Gobierno, pero falta el dinero.
Ante esa situación, se debió importar gas licuado de urgencia. La tardanza en descargar el gas del barco de Petrobras en Escobar -que costó unos US$ 21 millones- representa una pérdida de 14 millones de m3 en los gasoductos, que se suma a los desperfectos técnicos que tuvo ayer Transportadora de Gas del Norte (TGN) en sus plantas compresoras de Beazley -San Luis- y Chajan -Córdoba-, ubicadas sobre el Gasoducto Centro Oeste. TGN declaró "fuerza mayor" y tuvo fuera de servicio otros 2 millones de m3.
Esto ocurre en un contexto donde el Gobierno solicitó a las industrias que consuman el mínimo de gas para evitar que los hogares sufrieran cortes mientras se demoran las obras y las temperaturas bajas no ceden. (Fuentes: Clarín/La Nación).
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