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VACA MUERTA

En el 2025, Vaca Muerta avanzará en ramas laterales y en la reducción de costos

Operadoras analizarán utilizar menos cañerías para lograr ahorros significativos en dólares, además de profundizar las ramas laterales en los pozos.

El año 2024 fue la consolidación de Vaca Muerta. Según datos de la Secretaría de Energía de la Nación, en la formación se registró un notable crecimiento en su producción de petróleo durante 2024, pasando de 345.649 barriles diarios en enero, a 447.303 barriles diarios en diciembre, lo que significa un incremento del 29.40%.

En el mismo periodo, el número de pozos operativos también creció de los 3.521 pozos en enero y a los 3.913 en diciembre. Diciembre también arrojó que la producción de petróleo en Argentina alcanzó un récord de 765.377 barriles diarios y Vaca Muerta se posicionó como el principal motor de este logro, aportando el 58,44% de la producción total del país y registrando un aumento mensual del 3.2%.

Estos resultados destacan el crecimiento sostenido de la región y confirman su papel clave como pilar fundamental de la producción petrolera de Argentina y del futuro energético nacional.

En este contexto, el desafío para el 2025 es avanzar en una mayor eficiencia con la reducción de cañerías, el incremento de la extensión de ramas horizontales y la optimización de la logística en una formación geológica compleja.

La explotación no convencional de hidrocarburos presenta múltiples desafíos, pero los avances siguen sorprendiendo, como por ejemplo el del mes de noviembre de 2024, cuando YPF perforó el pozo LLL-1861(h) en Loma Campana, logrando una rama lateral de 4.948 metros y una extensión total de 8.264 metros. En esta operación, no solo se estableció un nuevo récord de longitud en la formación, sino que también se completó en un tiempo récord de 27 días.

Perforar en Vaca Muerta es todo un reto debido a sus características geológicas. Como señala Antonio Ojeda, en una nota publicada en LM Neuquén, durante el proceso, se atraviesan formaciones como Rayoso, Mulichinco, Quintuco y, finalmente, Vaca Muerta. Cada una de ellas posee propiedades específicas que requieren ajustes en la densidad del fluido de perforación y la estructura de las cañerías.

Uno de los mayores desafíos es la formación Quintuco, que posee una sección superior frágil y fracturada con un gradiente de poro de 12.5 PPG. Una densidad de fluido inadecuada puede provocar el colapso del pozo o la pérdida de fluido en Mulichinco, lo que conlleva riesgos operativos considerables.

En la actualidad la perforación en Vaca Muerta emplea cuatro cañerías principales. Sin embargo, las empresas buscan reducir este número a tres, lo que podría representar un ahorro de aproximadamente un millón de dólares por pozo.

La estrategia consiste en eliminar la cañería intermedia de Quintuco, aprovechando la mayor estabilidad de su parte inferior. Esto permitiría perforar directamente desde Rayoso hasta la mitad de Quintuco y luego continuar hacia Vaca Muerta. Esta operación requiere un control riguroso de la densidad del fluido de perforación para evitar inestabilidades.

Otro desafío clave en Vaca Muerta es la extensión de las ramas horizontales. Empresas como YPF han demostrado que es posible perforar ramas de casi 5.000 metros. Siguiendo este ejemplo, otras compañías buscan alcanzar longitudes superiores a los 3.500 metros, lo que incrementaría la productividad y mejoraría la eficiencia operativa.

En paralelo, se trabaja en la optimización de las locaciones de perforación, conocidas como PADs. Actualmente, el máximo de pozos por PAD es de cuatro, pero Pan American Energy está evaluando aumentar este número a seis u ocho. Para ello, se deben superar desafíos logísticos, como el desplazamiento de equipos y la reducción de la distancia entre pozos de 12 a 6 o 7 metros.

Vaca Muerta sigue en crecimiento —tanto en proyectos de infraestructura, como el Gasoducto Vaca Muerta Sur o el ambicioso proyecto de GNL en Punta Colorada, Río Negro para la exportación de gas— como en producción. Durante el 2024, se conectaron 405 pozos en Vaca Muerta y se espera un incremento para 2025.

Ahora, con la disminución de cañerías y la optimización de la logística en los PADs, la industria se enfocará en reducir costos y mejorar la eficiencia de los yacimientos. Si se le suman la extensión de ramas horizontales y la perforación de múltiples pozos desde una misma locación, se permitiría una explotación más intensiva, reduciendo la necesidad de nuevas infraestructuras y minimizando el impacto ambiental de las operaciones. (Redacción Vaca Muerta News, con información de LM Neuquén),

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