Desde iniciada la implementación de las Facturas de Crédito Electrónicas (FCE) de las MiPyME, operando dentro del Sistema de Circulación Abierta (SCA), 7 de cada 10 Facturas de Crédito Electrónicas (FCE), emitidas por unas 200 mil Pymes y Profesionales de las cadenas productivas de Grandes Empresas, pasaron este sistema al quedar aceptadas, ya sea tácita o expresamente. Pero el circuito no termina ahí.
Existen varias razones por las cuales una MiPyME puede necesitar extraer las FCE de dicho entorno y los fundamentos hoy tienen que ver más bien por una cuestión de experiencia para el usuario, aseguran desde el equipo de Invoition, una de las herramientas online más utilizadas en Argentina para la gestión y descuento de Facturas de Crédito, por su simplicidad y efectividad, donde lanzaron la funcionalidad de rescate para sus usuarios.
Con el lanzamiento del SCA, quedó previsto en la normativa la posibilidad de que éste pueda estar interconectado con el primer entorno operativo existente en Argentina para la gestión y descuento de Facturas de Crédito, el ADC o de Agentes de Depósito Colectivo, entorno donde operan, no solo agentes del Mercado de Valores, sino también plataformas como Invoition, ambos medios operando desde hace ya dos años, y donde también pudieron operar los bancos inicialmente.
“Ni bien la Caja de Valores terminó sus desarrollos, lo implementamos como respuesta a los cada vez más recurrentes pedidos de nuestros usuarios, quienes además nos permitieron entender la potencialidad que esta funcionalidad podía tener”, señaló a Vaca Muerta News, Bruno Cosentino, CEO de Invoition, miembro de la Comisión de Factoring de la Cámara de Fintech Argentina y uno de los principales referentes en la materia. “La conexión ya está operativa desde hace una semana y permite que, quienes necesiten pasar una FCE del SCA al ADC, puedan hacerlo”, agrega.
Los principales fundamentos que motivan hoy a una MiPyME a querer sacar sus FCE de SCA no están basados en la oferta de tasas de financiamiento aplicadas a un eventual descuento, o su carpeta de crédito de respaldo, sino en la experiencia de uso e impacto en sus operatorias administrativas y comerciales, traduciéndose en ocasiones, en complejidades para el cobro.
“Una simple gestión de consultas a nuestra base de usuarios nos reveló que la enorme mayoría de ellos no entendía los verdaderos efectos de enviar las FCE al SCA, ni cómo operarlas una vez allí adentro. Esto es algo primordial y a tener muy en cuenta”, agrega Cosentino.
“El escenario de interoperabilidad entre distintos entornos y fuentes de financiamiento como se planteó para el SCA y ADC, es un gran avance que permite democratizar el acceso al crédito sin ninguna duda, pero también es un gran desafío”, asegura el CEO de Invoition.
“Requiere de una cruzada de evangelización respecto de cómo deben operar las partes, qué fases comprende, quienes son los jugadores institucionales y cuáles son los alcances de estos, entre muchos otros factores. Llevada adelante además mediante mecanismos robustos, con reglas claras y que perduren en el tiempo, para que no existan asimetrías. Todo de manera agnóstica y mediante métodos de comunicación transparentes”, contó Consentino.
“Un verdadero desafío para cualquier país y que puede llevar un buen tiempo, en el cual, mientras existen factores asíncronos que pudieren generara algún efecto nocivo, debemos cuidar a nuestra industria productiva y evitar malas experiencias para nuestras MiPyME, que dicho sea de paso, son el pilar del 90% del empleo formal. En el nuestro ya nos pusimos en marcha hace dos años y, si bien los desafíos son muchos, es un escenario es alentador”, finalizó.