La Pandemia pulsó un botón inimaginable de “apagar Vaca Muerta” y lo logró entre marzo y abril del año 2020, dejando solo lo esencial, con una implementación de protocolos que se fueron ajustando para permitir que la actividad comience a moverse muy lentamente.
Ver el parque industrial de Añelo desbordado de equipos en la mayoría de las empresas, es una postal que no puedo olvidar, dado que todos o la mayoría de los aparatos petroleros se retiraron de los yacimientos, cuando antes se movían de una locación a otra.
Las Pymes, pasaron, y aún siguen viviendo, situaciones complejas, con personal suspendido que cobran sus sueldos, debiendo endeudarse o descapitalizarse, para hacer frente al dinero que todos los meses no dejó de salir, sin ingresar un solo peso, en muchas ocasiones.
Hoy podemos decir que empresas que no venían bien, cortando clavos, con lo justo, seguramente la pandemia las terminó de matar, las que estaban más ordenadas y supieron bajar los gastos fijos al mínimo, cuidar la economía y apostaron a seguir vivos, hoy prácticamente se transformaron en héroes, como afirman varios consultores.
Algunos empresarios que pude charlar en estos tiempos difíciles, con 25 o 30 años de trayectoria frente a su empresa, me contaban que era la primera crisis que vivían y que en forma inmediata trataron de tener los recursos para los próximos 6 meses, aprovechar a su personal con poco trabajo para capacitarlos y exponenciar el uso de las tecnologías, como Zoom, Meet o Team para conectarse regularmente de otra manera con su equipo.
Chistes pavos como “La Vaca está muerta”, “La vaca me parece que no revive”, me cansé de escuchar en todo este tiempo, y siempre estuve convencido que Vaca Muerta es un proyecto con peso propio, más allá de todo gobierno o toda crisis, que obviamente que el tema sanitario que nos toca vivir tuvo que detenerse de forma obligada, pero al poco tiempo comenzó a ponerse en movimiento y hoy se puede apreciar.
Mensajes de clientes y amigos que circulan por la región diariamente donde me dicen “se ve movimiento en Añelo”, “se ve que se está moviendo un poco más”, generan optimismo, o preocupación como “si no fuera por los cortes se está moviendo cada vez más”.
Hoy podemos decir con certeza que el proyecto de Vaca Muerta va rumbo firme a acomodarse, tras una pandemia que la detuvo a cero, donde hoy de los 20.000 trabajadores petroleros agremiados, aseguran que solo 3000 trabajadores se encuentran suspendidos y se da prioridad a los que se encuentran radicados con sus familias en la región.
Ya desde noviembre del año pasado se comenzó a ver un crecimiento de la demanda laboral, donde comenzaron a reincorporarse trabajadores que en sus recibos de sueldos se podía apreciar el ítem “223 bis” que en ocasiones permitía el descuento de hasta un 60% de lo percibido. Fueron meses difíciles para todos.
Lo cierto que las expectativas son las mejores para este 2021, donde tanto gremios, como gobierno y empresarios se encuentran en sintonía y dispuestos para acordar con el único sentido de que la actividad se recupere lo antes posible.