Por Darío Hernán Irigaray
No vamos a mencionar a ninguna operadora en esta nota, pero la firma que se sienta tocada por lo relatado o bien le genere curiosidad, les pedimos que charlen con sus proveedores para conocer en profundidad el martirio y desgaste que deben sufrir cada día, la cantidad de personas que deben contratar para “control documental” y “administrativos” para “acelerar los procesos lo más que se pueda”, lo que genera mayores costos y desfinancia a las pymes, en un marco inflacionario que crece exponencialmente.
Cuando hablamos de abuso, algunos me han dicho que dicha palabra es muy fuerte para utilizarla para relatar lo que sucede en la relación con operadoras y grandes empresas de servicios, y personalmente creo que es perfecto al querer decir que:
Abuso es todo “acto de atropello o explotación que puede cometer una o varias personas y darse por: exceso de autoridad, de confianza con traición en las relaciones personales, de fuerza y también puede ser de tipo económico”.
Todo empieza con una necesidad puntual, de un servicio o producto que un gran empresa necesita, para lo cual solicita cotizaciones, realiza una licitación o un concurso de precios.
Habitualmente se informan las condiciones de contratación, donde inicialmente exigen darse de alta cómo proveedores, se firman acuerdos, que en ocasiones dejan de lado toda demanda en la jurisdicción local delegando exclusivamente esto a los tribunales de la ciudad de Buenos Aires, a 1200 km de Neuquén, marcando un atropello antes de empezar a trabajar desde el primer día. Ya hay fallos al respecto que no les permiten hacer esto, pero lo siguen haciendo.
Como un ejemplo pequeño e insignificante de la burocracia, obligan a sus proveedores a que presenten firmado por un cajero de un banco el CBU donde se deberán realizar los pagos, que sea vigente y actual, que no tenga más de 30 días, cuando hoy se puede bajar de internet un certificado digital, por lo cual se debe usar el tiempo de una persona apoderada que vaya al banco a realizar dicho trámite.
En ocasiones en las bases y condiciones, se habla de como se deben entregar los productos, que deben darse de alta como proveedores, y no se especifican en detalle todos los pasos administrativos que deben darse para lograr el cometido final de poder percibir un pago por la contraprestación realizada.
Si por ejemplo una firma presta un servicio de transporte de personal, luego arreglar todos los pasos para comenzar a prestar el servicio, debe contratar personal, poner a disposición un vehículo, y tanto los choferes, como los vehículos, deben tener toda la documentación en regla para poder conducir y trasladarse como marca la ley.
Pero las operadoras están más allá de la ley, y piden mucho más, cursos de manejo defensivo que se deben renovar a veces cada 6 meses, cada año o cada dos, variando la operadora, ser sometidos a controles documentales antes de ingresar a los yacimientos que incluyen desde tener todos los pagos con la AFIP, Rentas de Neuquén y gremios al día, entre muchas cosas más.
En este ejemplo que acabamos de dar, muy resumidamente, quizás parezca algo normal, pero si una empresa no recibe los pagos en tiempo y forma, ya la palabra “abuso” es usada correctamente para referirnos al trato de las grandes firmas, dado que a pesar de no contar con los recursos para hacer frente a sus compromisos, el proveedor debe demostrar que pagó todo.
Y aquí también cae el “exceso de autoridad” cuando las operadoras exigen algo que ellas no cumplen ni se preocupan por cumplir, sino todo lo contrario.
Ahora, teniendo en cuenta que el servicio se preste cumpliendo todo lo que se exige y muchas veces agregándose distintas exigencias, sin consultar si generan mayores costos, se logra transitar el primer mes, para disponerse presentar la factura del servicio.
Si uno piensa que es así de fácil, no, hay que esperar que el responsable del área nos certifique que el servicio se haya realizado correctamente, a pesar que todos los días se paso por un punto de control, a pesar que el personal ingresó y salió a trabajar, quedando todo registrado. Alguien tiene que aprobar el servicio.
Para aprobar este servicio en ocasiones solicitan planillas, con los servicios prestados, fechas, horarios, personal, a pesar que tienen la información, la vuelven a pedir, y aquí es donde me refiero a la burocracia. ¿Para que piden lo que ya tienen?
No importa, el proveedor dice, “lo hago, así avanzo y me dejan presentar la factura”, y luego de presentar lo solicitado, pasan los días llega la certificación y ahí le dicen que tienen que pasar por el estudio de control documental, donde deben presentar todo, lo que incluye nuevamente mucha de la documentación que presentaron cada día que ingresaron a yacimiento. Se revisa todo de nuevo. Este proceso puede demorar de 10 a 30 días.
Ahora, con la certeza que se revisó todo 10 veces, a un paso de presentar la factura, el último día le informan que les faltó un cupón de un pago o algo, y que deben presentarlo todo de nuevo. Y ahí vuelven a comenzar de nuevo el plazo y quizás pasen 30 días más.
Seguramente si hablan con distintas operadoras lo desmienten y dicen que tienen excelente relación con sus proveedores y que pagan a 30 días. Es una gran mentira.
Pagan a 30 días de presentada la factura, pero ¿Cuando dejan presentar la factura?
Acá es donde pueden llegar a pasar hasta 120 días, o 4 meses, entre que se prestó el servicio, se intenta comenzar a cobrar y se hace efectivo el pago.
No me quiero extender, pero cuando hablamos de maltrato, la real academia española indica que es cuando se “trata con crueldad, dureza y desconsideración a una persona o no se les brinda los cuidados que necesita”.
Y aquí es donde el maltrato llega para quedarse, donde los proveedores que les cuesta cumplimentar toda la documentación, por que no tienen los recursos para tener un batallón de personas para control documental, ven que su dinero no entra, y la burocracia los atrapa, generando un grave daño financiero, donde no pueden hacer frente a pagar sueldos y en ocasiones deben terminar en “cuevas” vendiendo cheques a valores inentendibles, con el único fin de cumplir con su gente.
Es maltrato cuando una empresa proveedora les atiende el teléfono las 24 horas, los 7 días de la semana, y su cliente lo atiende para resolver un tema de un pago, solo los jueves de 8 a 13 horas, o martes y jueves de 8 a 12 horas.
Es maltrato cuando te dicen que te contestarán únicamente vía email, y contestan cuando puedan o tengan ganas, y los días pasan.
Es maltrato cuando te dicen una y otra vez que tenés que capacitarte para cargar la documentación en su sistema SAP que es tan complejo utilizar que genera dudas si la documentación quedó cargada y hay que entrar una y otra vez para verificar que está todo bien.
Es maltrato cuando para resolver un problema te dicen que podes comunicarte a un 0800 y podés estar por horas esperando que te atiendan y te dicen una y otra vez que te conectes por la plataforma que no anda o no te brinda lo que necesitas.
Es maltrato cuando el que tiene que firmar la certificación deja pasar los días como agua y eso hace que más se tarde en cobrar.
Es maltrato cuando uno transmite todo el abuso y maltrato vivido a tu contacto en la empresa y te dicen “si no te gusta no prestes más el servicio”.
En conclusión hay que entender que, toda la burocracia que generan hoy las operadoras y gran empresas de servicios, quizás en el nombre de la transparencia en los procesos, hacen que se generen mayores costos para las pequeñas y medianas empresas, además de generar desfinanciamiento y hasta incluso pérdidas de capital.
La inflación que vivimos hoy en día hace que muchas firmas proveedoras no conozcan a ciencia cierta su rentabilidad, y es común escuchar frases como “mientras gire la bicicleta y sigamos trabajando” esto funciona, pero la realidad no saben si el dinero que tienen es realmente suyo o lo deben.
Lo cierto, que hoy las grande empresas deberían de alguna forma hacerse responsables de toda la burocracia generada, ofreciendo a sus proveedores adelantos económicos, mientras se cumplimenta la documentación como les guste, ayudando a hacer frente a salarios, que en ocasiones incluso se pactan aumentos que se ven reflejados también varios meses después.
Hoy las pequeñas y medianas empresas quieren crecer, y son abusadas y maltratadas, cuando son aquí y el mundo las que han hecho posible el crecimiento de la industria.
Es necesario una fuerte autocrítica para poder tener empatía por las firmas que hoy hacen posible que la actividad se desarrolle, crezca y avance.
Me saco el sombrero a todas esas empresas que hoy hacen que Vaca Muerta sea una realidad, aunque llueve, nieve, sople el viento, o sus mismos clientes les metan palos en las ruedas.