Desde que se inició la construcción de esta monumental obra desde Tratayén, en Vaca Muerta, hasta Salliqueló, en provincia de Buenos Aires, especialistas se preguntan si es posible cumplir el plazo y que esté listo para el invierno de 2023.
Mientras algunos ven de difícil cumplimiento este plazo, para otros, lo importante es que la obra está en marcha y plantean la necesidad de “olvidarse si se llega el 21, 22, o 23 (de junio)”.
Tal es el caso de Antonio Pronsato, ingeniero que participó del área técnica en Energía Argentina y que diseñó todo el plan y la construcción de la traza. En declaraciones a Canal 7 de Neuquén, afirmó que “hay que abandonar esta idea, si se llega el 20, 21 o 23. El gasoducto está en marcha y se tiene que terminar lo antes posible, bajo estrictas condiciones de seguridad”.
“Tiene que haber una inspección rigurosa, una ingeniería bien hecha y bien evaluada, considerar todas las cuestiones constructivas, que aseguren la seguridad y el mantenimiento posterior”, agregó.
“Es decir, no hay que apurarnos por dos o tres días, si hay que hacer una prueba más o menos, hay que hacerlas. Dejémonos de preguntarnos si se llega el 21, 22 o 23. Esta no es una apuesta o una carrera contra el tiempo”, dijo.
“Este invierno va a ser complejo, como todos los inviernos y el gasoducto sirve para que Argentina crezca. El gasoducto por sí solo no hace nada, es un símbolo de una obra de ingeniería extraordinaria, pero hay que ver qué hacemos el día después de mañana. Y ese día llegará, lo que más me interesa es que el día que llegue esté todo preparado para saber hacia dónde vamos”, enfatizó Pronsato, en referencia a una mayor producción de gas y que permita el autobastecimiento en el país y la exportación del excedente.
La línea de tiempo desde que se lanzó la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner
El 25 de noviembre de 2021 Alberto Fernández anunció la construcción del gasoducto desde Vaca Muerta a los centros urbanos del país, para disminuir las importaciones de gas.
En abril del 2022, en las instalaciones de Loma Campana, de YPF, Alberto Fernández confirmó la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
Desde entonces, se sucedieron diversos trámites administrativos, hasta que Energía Argentina lanzó el proceso licitatorio en septiembre, en cuatro tramos (cuatro Renglones), que hicieron posible que distintas empresas fueran ejecutando la obra.
En octubre de 2022, comenzó la obra en el kilómetro 0, en Tratayén y en paralelo, en La Pampa, también se empezó a construir. ¿Cómo fue este proceso?
Desde las plantas de Techint salían camiones transportando los caños de 12 metros de largo, para la planta del kilómetro 60, en Río Negro y la de General Acha.
Partían 25 camiones por día trayendo los caños. Para soldar los caños, se importaron máquinas soldadoras de Estados Unidos y tenían soldadoras de doble junta, para unir dos caños y conformar uno de 24 metros.
Estos caños eran transportados y se los llevaba al territorio. En el lugar, mientras tanto, se iban haciendo los zanjeos y se iban armando caños de 996 metros, casi mil, en una sola cañería, para llegar al momento actual, de la bajada de caños, que comenzó el 23 de enero.
Además, en paralelo, se realizan obras complementarias como la instalación de válvulas especiales y se deben realizar cuatro plantas compresoras, ya que el gas se transporta a un nivel de presión muy alto, que dan presión a lo largo de los kilómetros.
La construcción prevé la instalación de válvulas de seguridad, una estación de monitoreo y un gasoducto entre las ciudades de Mercedes y Cardales que se está haciendo en paralelo, para culminar y conectar esta obra hasta Salliqueló. Además, a largo plazo, está prevista la ampliación del Gasoducto NEUBA II, la reversión del Gasoducto Norte que va de San Jerónimo en Santa Fe a Tucumán, la expansión de distintos tramos del Gasoducto Centro Oeste en el Litoral y de otros ramales que llegan al AMBA.
Desde Nación se entusiasman con aumentar la capacidad de transporte de gas del Noreste, con más obras en Entre Ríos, Corrientes y Misiones y, como si fuera poco -o quizá lo más importante-, llegar con el gas de Vaca Muerta a Brasil.