Distintos invitados asistieron este lunes a la reunión informativa en la Cámara de Diputados, donde se trata la ley de bases propuesta por el Gobierno.
En su participación en el plenario de comisiones que debate la ley de “bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”, Víctor Castro de la Cámara Argentina de Biocombustibles se mostró a favor de las modificaciones a la legislación que regula el sector. “Argentina es un gran jugador mundial en biodiésel, pero viene perdiendo participación todos los años porque los países hacen crecer sus mercados internos con materia prima local. En 10 años se duplicó la producción global de biodiésel, mientras que en Argentina se redujo un 35% debido al marco regulatorio retrógrado que tenemos”, sostuvo.
En esa línea, señaló que “el mundo tiene políticas de Estado con corte creciente, pero con libre competencia entre plantas de producción de biodiésel y petroleras, mientras Argentina está en el camino contrario desde hace más de 10 años”. A continuación, Castro cuestionó la ley sancionada en 2021 que redujo de 10% a 5% el corte obligatorio de biodiésel, “limitando inversiones y dejando fuera del mercado interno a todas las plantas exportadoras”.
Actualmente, “más de la mitad de la producción de biodiésel tiene prohibido abastecer y competir, encareciendo el valor y reduciendo la cantidad de empresas que participan en el mercado interno”. “Tenemos un complejo agroindustrial altamente competitivo y no lo estamos aprovechando”, agregó.
Por eso, sostuvo que apoya “los mecanismos de competencia introducidos en el proyecto de ley del Poder Ejecutivo” que “abre un camino de crecimiento el biodiésel, al adoptar un corte como en Brasil, de 15% para 2026”. “Establecemos por fin un horizonte de crecimiento para nuestra industria con un marco regulatorio más moderno, eficiente, sustentable; eliminando focos de conflictividad y discrecionalidad”, destacó.
No obstante, observó que el proyecto también “alenta el desarrollo y crecimiento de energías renovables, pero por otro lado sube retenciones al aceite de soja que es la materia prima central, por lo que va a generar una caída de producción de aceite y eso podría impactar en el suministros”.
Por el contrario, desde la Cámara de Empresas PyMEs Regionales Elaboradoras de Biocombustibles, Tomás Lorda consideró que “la ley ómnibus, tal cual está, para nuestro sector PyME directamente es nuestro certificado de defunción. Las PyMEs de biodiésel no fuimos preparadas para competir; el Estado argentino nos creó de esa manera, para que nos localicemos en el interior y pongamos plantas pequeñas”.
“El sector aceitero, que es quien nos vende la materia prima, es también nuestro competidor y quien a partir del nuevo proyecto de ley podría entrar a abastecer al mercado interno”, explicó, con lo cual aseguró que “competir con nuestro propio proveedor será inviable”. “Establecería dos segmentos dentro del biodiésel para que las grandes compitan por un lado y las PyMEs por otro. Pero esto que suena como que sería la solución, nosotros seguimos quedando afuera, porque las PyMEs no podemos competir entre nosotros”, insistió y sumó que “las plantas que terminarían cerrando serían las más chicas y más alejadas del puerto, contrariamente a la ley original”. Pidió entonces que “se siga creciendo pero sin destruir lo anterior”.
En el mismo sentido, por la Cámara de Biocombustibles de la Unión Industrial de Santa Fe, Marcelo Kusznierz reveló: “Hemos logrado en una semana revertir ocho artículos que estaban presentados en este proyecto, que pretendían una sentencia de muerte para las PyMEs del sector. Pero esto no es suficiente”. “Visitamos a todos los bloques políticos, hemos tenido una recepción muy importante”, valoró, pero reclamó que “abran el debate para mejorar lo que falta mejorar”. (Parlamentario).