Según informaron desde el Ministerio Público Fiscal, el hecho de violencia de género ocurrió el domingo pasado por la mañana, mientras la mujer y sus hijos dormían en su vivienda. En esas circunstancias, la pareja de la mujer se presentó en la vivienda -que hasta entonces compartían- e ingresó a ella dando una patada a la puerta.
Una vez dentro, el violento "comenzó a romper cosas dentro de la casa, incluyendo una cocina, un televisor y un espejo antes de retirarse. Momentos después, retornó y comenzó a agredir a su pareja, la agarró del pelo, la golpeó e intentó ahorcarla".
El nivel de violencia llegó a tal punto que la niña, indefensa y desesperada por ayudar a su madre antes que el daño fuera irremediable, intentó frenar el ataque a la mujer arremetiendo contra el agresor, logrando así que su atención se fuera a la niña, a quien entonces comenzó a ahorcar.
Finalmente, tras haber amedrentado a la familia, el hombre salió del lugar, subió a su auto y así dañó una pared y la reja exterior de la vivienda, momento en el que arribó la Policía que había sido convocada en medio del caos.
Lejos de rendirse fácilmente, el violento se resistió a ser aprehendido y hasta agredió a uno de los efectivos, aunque finalmente, fue detenido y trasladado a comisaría.
Es por todo esto que, respaldada por la prueba pertinente, la fiscal Laura Pizzipaulo acusó al hombre en una audiencia esta semana como autor del delito de daños y lesiones leves, agravadas por violencia de género; ambos en concurso real con daño, lesiones leves y atentado a la autoridad.
Por último, la fiscal del caso requirió que se le imponga al agresor una prisión preventiva de al menos 30 días, argumentando que se trata de "una situación en la que hay una extrema peligrosidad del imputado para todos los integrantes de la familia".
Lo cierto es que, presa del círculo de violencia, la víctima, quien presenció la audiencia, se manifestó en contra de lo solicitado por la fiscal y pidió que liberaran al hombre.
Aún así, tras escuchar los planteos de las partes y entendiendo la peligrosidad de la situación tal cual lo expresado por la fiscal Pizzipaulo, la jueza de garantías Carolina González dictó la medida cautelar contra el violento según lo requerido.
Además, se dirigió a la víctima y le explicó que “nadie le asegura que él no vuelva, nuevamente, a no poder controlar los impulsos y volver a la misma situación”. “Es tan grave la situación, que el riesgo para su integridad física y su familia justifica que tomemos esta medida tan grave”, agregó la magistrada.