El 1 de diciembre, el gobierno nacional postergó la actualización de los impuestos a los combustibles para evitar un nuevo aumento en el precio de la nafta y el gasoil. La medida se confirmó con el Decreto 820/2021 que se publicó en el Boletín Oficial.
Entre los considerandos de la iniciativa se destaca que “en línea con las medidas instrumentadas hasta la fecha y con el fin de asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios, resulta razonable postergar para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil los efectos de los incrementos en los montos de impuesto establecidos”.
El gobierno aplazó los aumentos correspondientes al Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC). Según se estipuló en el decreto, los impuestos surtirán efecto a partir de marzo de 2022.
Cabe recordar que cuando se actualiza la carga impositiva las petroleras trasladan esa suba al precio final de la nafta y el gasoil y por esto era predecible la decisión del gobierno.
El precio de los combustibles se congeló en mayo. Según argumentaron directivos de YPF - que controla más del 60% del mercado de los surtidores- con esos aumentos pudieron costear el plan de inversiones 2021 que fue de 2.700 millones de dólares.