El Instituto Argentino del Petroleo y del Gas (IAPG) se pronunció por la polémica con organizaciones ambientalistas por el otorgamiento de permisos ambientales para la exploración offshore a la empresa estatal noruega Equinor, en sociedad con YPF y Shell, en dos bloques, a 307 y 443 kilómetros de Mar del Plata.
“Como instituto técnico dedicado a los hidrocarburos y a la energía en general creemos necesarias algunas aclaraciones. Lo primero, es que se trata de una iniciativa del Estado Nacional y no de empresas extranjeras que vienen a “saquear” un recurso local. Es el propio Estado el interesado en el desarrollo del recurso e invita al sector privado a participar, como ocurre en la mayoría de los países”, indicaron desde el IAPG.
“Entre las compañías concesionarias, hay de capitales extranjeros, pero también de capitales locales, como YPF; de capitales estatales y también privados y mixtos. Todas operarán bajo las mismas condiciones”, aclararon, para resaltar que “la Argentina busca hidrocarburos en su mar desde hace más de 90 años. Desde entonces, se han perforado 187 pozos en el lecho marino y se han producido algunos hallazgos de interés, sin incidentes ambientales significativos”, repasaron.
“Por ejemplo, desde hace décadas existe producción de gas en pozos marinos de la Cuenca Austral (Tierra del Fuego y sur de Santa Cruz). Y, de hecho, el 17% del gas que producimos en el país (y que se relaciona con tu consumo) viene hoy de 36 pozos operativos en el mar. Esto es muy importante, porque más de la mitad de la energía que consume la Argentina es gas natural. Incluso en tu casa, la calefacción y la cocina utilizan este insumo, que es, por lejos, el más limpio de los combustibles fósiles. El 70% de la electricidad también se produce con gas”, indicaron.
“Durante el más de medio siglo de búsqueda en lecho del Mar Argentino se ha utilizado la “sísmica” como técnica exploratoria. Sólo entre 2017 y 2020 se registraron unos 120.000 km de sísmica en el Mar Argentino, pero la técnica se usa en nuestro mar desde fines de los 50”, señalaron.
“En las costas bonaerenses, por caso, se han registrado desde 1960 unos 50.000 km de sísmica y se perforaron 18 pozos; el último en 1997, algunos de ellos relativamente cercanos a la costa. ¿Ocurrió algún desastre ecológico? La respuesta es un rotundo NO.
Por ejemplo, las poblaciones de ballenas no han dejado de crecer en los últimos 50 años. Y hay que decir que se salvaron de una casi segura extinción, cuando las ciudades comenzaron a iluminarse con querosene (derivado del petróleo), en lugar de aceite de ballena”, indicaron.
“La actividad pesquera enfrenta problemas propios relacionados con la presión sobre el recurso. Nada tiene que ver la actividad hidrocarburífera. Países que son potencias pesqueras, como Noruega, tienen desarrollos intensivos de gas y petróleo en el mar.
Entonces, ¿cuál es la diferencia con lo que se acaba de aprobar y genera tantas inquietudes?”, se preguntaron.
Y a continuación, detallan:
“Por empezar, por primera vez el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible participa en la aprobación de los estudios de impacto ambiental. Esto incluye la realización de una audiencia pública, que se llevó a cabo a mediados de 2021, con la participación de cientos de personas.
Segundo: existe una embestida sin precedentes en contra de los hidrocarburos, que hoy representan la mitad del consumo mundial de energía. No es cierto que en el corto plazo puedan ser reemplazados con energías renovables. Y la demanda energética va en aumento.
Hoy no existe prácticamente ningún país en el mundo cuya matriz energética no tenga un mínimo de 70% de combustibles fósiles. Mucho menos, si hablamos de países industrializados. Y casi todos queman carbón mineral, el más contaminante de los combustibles fósiles.
Países muy populosos y en desarrollo, en especial en Asia, basarán este crecimiento en el carbón mineral. Los hidrocarburos, con su menor nivel de emisiones (muy especialmente, el gas natural) tienen un rol importante que cumplir allí.
La creencia de que las llamadas “energías limpias” son la solución al problema es un mito, divulgado en forma irresponsable. Estas fuentes son valiosos complementos, pero con serias limitantes técnicas e impactos ambientales de los que no se habla.
El primero es la intermitencia. No hay forma de garantizar aún el abastecimiento solo a base de energías renovables. Y esto supone un límite concreto a su abastecimiento a gran escala. No hay un solo ejemplo en el mundo de un país “renovable” en su matriz primaria.
El Sol y el viento contienen energía renovable. Pero los paneles solares y los aerogeneradores no lo son. Por ejemplo, requieren la intensificación de actividades extractivistas y no renovables, como la minería.
Y dado que básicamente se genera electricidad, sería necesaria la electrificación de todos los servicios (transporte, calefacción, cocina) y la construcción de grandes redes de transporte y distribución (basadas en el cobre, que no es renovable).
¿Quién financiaría esa costosísima transición? Nunca se dice ¿Vas a cambiar tu calefón por uno eléctrico? ¿Tiene sentido en Argentina, que emite apenas el 0.6% de los gases de efecto invernadero y más de la mitad de su población hoy se encuentra bajo la línea de pobreza?
Una novedad: será la primera vez que las operaciones se hagan en aguas profundas y ultraprofundas; es decir, se llevarán a cabo en zonas muy alejadas de la costa, a cientos de kilómetros, en donde el mar puede alcanzar profundidades de hasta 4000 metros”, se indicó.
“Decir que las operaciones se harán en las costas bonaerenses es relativo y hasta tendencioso. El punto más cercano a Mar del Plata, de hecho, son 307 kilómetros, tan lejos de la localidad balnearia como Brandsen, por ejemplo. Nadie en Mar del Plata verá plataformas ni petróleo.
Las operaciones implican tecnología de punta, controles, protocolos, estudios de impacto ambiental, y más controles. Cientos de plataformas en todos los mares del mundo generan el 30% del petróleo a nivel mundial. Los incidentes son cada vez menos y de menor importancia.
Hablar de bombardeos acústicos, del fin de la vida en el Mar Argentino y de “ciento por ciento de posibilidades de derrames” es pseudociencia, y solo demuestra el escaso nivel técnico científico y la irresponsabilidad de quienes difunden este tipo de información”, criticaron desde el IAPG.
“Los países más proteccionistas del mundo (Canadá, Australia, Holanda, Noruega, etc.) tienen actividad offshore por los beneficios que reporta. Y no prohíben: regulan. En Noruega, por ejemplo, la actividad convive con la pesca el turismo y la vida marina desde los años 60.
Brasil es otro ejemplo: desarrolla intensivamente sus recursos de hidrocarburos en el mar desde hace 50 años. ¿Conocés a algún argentino al que no le guste ir a la playa en Brasil? ¿Más ejemplos? México y las paradisíacas playas del Mediterráneo o Medio Oriente.
Lo último: los beneficios de la actividad impactarán positivamente y de lleno en la economía del país y, en especial, de una ciudad como Mar del Plata. De producirse un hallazgo, incontables actividades entre bienes y servicios se pondrán en marcha.
Ejemplos sobran a nivel mundial. Pero a modo de muestra: para el Estado de Río de Janeiro, en Brasil, la extracción de hidrocarburos en el mar representa un mayor ingreso en el producto bruto, que el turismo”, señalaron.
“Por eso, no dejes que te asusten con imágenes tremendistas y consignas chatarra. Los permisos para explorar el Mar Argentino son una muy buena noticia. Tenemos que conocer nuestros recursos, si queremos defenderlos y aprovecharlos.
Y si producto de esa exploración se produce un hallazgo, la noticia será buena multiplicada a la enésima para el país y, en especial, para Mar del Plata”, cierra el posteo en redes sociales.
Cabe recordar que el jueves 30 de diciembre, el Estado Nacional otorgó la Declaración de Impacto Ambiental para el proyecto de adquisición sísmica en áreas de exploración offshore CAN 100, CAN 108 y CAN 114, ubicadas en la Cuenca Argentina Norte, que fueron presentadas por la firma Equinor en sociedad con YPF y SHELL.
Las áreas CAN 100 Y 108 se encuentran ubicadas distantes a 307 kilómetros frente a la costa de la Ciudad de Mar del Plata, mientras que la CAN 114 está a 443 kilómetros.
“Gracias a un trabajo en conjunto con organismos del Estado Nacional y una Audiencia Pública, con un amplio margen de participación, obtuvimos la declaración de Impacto Ambiental”, dijo el secretario de Energía, Darío Martínez, en un comunicado.
El funcionario subrayó que de esta manera “se dio un paso fundamental para más producción de gas viable para las y los argentinos”.
La producción de offshore se desarrolla desde la década del 70 en el país, con 280 pozos entre exploración y explotación.
Esta Declaración de Impacto Ambiental junto con la medida adoptada por el Estado nacional, a través del Decreto 870/21, de autorizar la prórroga por hasta dos años del primer período exploratorio de los permisos otorgados en el marco de la Ronda 1, que incluye el Área Can 100, CAN 108 Y CAN 114, auguran un fuerte impulso de la actividad offshore.
Martínez, en un comunicado, enfatizó que la producción offshore “es una fuente importantísima en reservas gasíferas, que representan el 18 % del gas que consumimos en nuestro país”.
También resaltó que “desarrollar las áreas offshore es también tener una política energética federal que apuesta a potenciar todas las cuencas productivas del país y de esta forma entrelazar con el aparato productivo local los bienes y servicios que serán necesarios para llevar adelante su producción”.
Cabe destacar que no se han registrados ningún incidente de tipo ambiental ni accidentes con daños a la integridad física de los trabajadores en más de 50 años de desarrollo de offshore en Argentina.
“Desde la Secretaría de Energía, y en sintonía con un Gobierno Nacional responsable y comprometido, vamos a verificar que todas las operaciones en el marco energético, se desarrollen con las más exigentes normas internacionales de cuidado ambiental.”, dijo Martínez.
“Este es un paso fundamental para poner en valor los recursos hidrocarburíferos que cuenta el lecho marino argentino y con ello, la reafirmación de la soberanía sobre nuestro territorio marítimo”, concluyó el funcionario.