El gasoducto Néstor Kirchner, que conecta Vaca Muerta con Buenos Aires, se inauguró el 9 de julio del año del 2023, y se anunció que estaría operativo completamente para este invierno, la época del año en la que más se consume gas. Pero, en la práctica, el ducto operará al 40% de su capacidad de transporte, por decisiones de gestiones nacionales.
Entre las restricciones para importar que caracterizaron al gobierno anterior y el corte abrupto que decidió la actual gestión sobre las erogaciones de obra pública, el Estado terminará pagando más caro un insumo que sobra en la Argentina, señala la nota de Sofía Diamante, en “La Nación”.
La capacidad actual del gasoducto Néstor Kirchner equivale a 11 millones de metros cúbicos de gas por día (m3/d). Para esta altura del año, debería estar transportando el doble de capacidad, 22 millones de m3/d, si se hubiesen instalado las tres plantas comprensoras en las localidades de Tratayén, Salliqueló y Mercedes, como estaba previsto. Las plantas permiten comprimir el gas, como dice su nombre, para que haya más capacidad de transporte.
Las constructoras encargadas de instalar las plantas son Sacde, en Tratayén (Neuquén), y la Unión Transitoria de Empresas (UTE) Esuco-Contreras Hermanos, en Salliqueló y Mercedes (Buenos Aires). Sin embargo, las obras no avanzaron por dos razones: por un lado, durante el gobierno anterior, la falta de reservas en el Banco Central (BCRA) restringió la importación de insumos, sin discriminar sectores productivos, con la intención de cuidar los escasos dólares para prevenir cualquier corrida cambiaria.
Por el otro, en la actual administración, si bien se normalizaron las importaciones, hubo otra decisión política de frenar a cero la obra pública desde el mes de noviembre del 2023. Con esta decisión, pese a que las empresas constructoras firmaron con la nueva conducción de Energía Argentina (Enarsa) –la estatal que lleva adelante las obras del gasoducto– la adenda para actualizar el valor de los costos de julio de 2023 a los precios actuales.
A Sacde se le debe un pago de US$25 millones, mientras que la UTE Esuco-Contreras Hermanos reclama US$10 millones. El presupuesto está aprobado por el Gobierno, pero falta el dinero.
Estas demoras impactarán en las cuentas fiscales de invierno. El Estado se perderá de utilizar el gas de Vaca Muerta, que cuesta alrededor de US$5 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), y deberá reemplazarlo por gasoil, que tiene un costo aproximado de US$18 para una medida comparable.
Si se toma en consideración que durante los 90 días de menor temperatura del año se pagará US$13 extra el millón de BTU (la diferencia entre el valor del gasoil importado y el gas de Vaca Muerta), el Gobierno deberá afrontar un costo adicional de US$450 millones. (Fuente: La Nación).