El desarrollo no convencional en Vaca Muerta finalmente está a un paso de revertir el déficit comercial energético y volver al sendero superavitario que supo tener Argentina antes del 2011. Luego de 12 años donde se importó más energía de la que se exportó, el 2023 cerró prácticamente en una situación de equilibrio.
La balanza de dólares de la energía fue negativa por 47 millones de dólares el año pasado, lo que constituye una contundente mejora respecto al déficit de 4.312 millones del 2022.
El resultado final es producto de un gran diciembre, que reportó un saldo positivo de 371 millones. Con los cinco últimos meses consecutivos de superávit, queda claro que 2024 sin dudas se consolidará como el año que se revierta la balanza comercial de energía.
Se trata de un punto central para la economía argentina que dejó de contar con un fuerte motor de generación de dólares, que repentinamente se convirtió en un ancla que profundizó las necesidades de divisas.
“En los últimos 3 meses del año, la balanza tuvo un superávit promedio de US$325 millones, valor anualizado de US$3.900 millones”, sostiene un informe del consultor Nadin Argañaraz.
La descomposición del resultado del 2023 muestra que el principal driver de la mejora tiene que ver con las cantidades importadas con un efecto extra de 4.312 millones. En tanto, el efecto precio fue de 153 millones adicionales.
La caída de los precios internacionales afectó tanto a exportaciones como importaciones, pero mientras que en ventas externas se perdieron 1.753 millones por este factor, en compras se generó un ahorro de 1.906 millones.
“Respecto a las cantidades, las mayores exportaciones físicas aportaron US$1.122 millones, mientras que las menores importaciones físicas permitieron ahorrar US$1.906 millones. De esta forma, el saldo mejoró en US$4159 millones” dice el reporte.
“A modo de conclusión, puede afirmarse que la variación positiva de dólares estuvo prácticamente explicada por una suba de las exportaciones físicas y baja de las importaciones físicas, siendo el aporte de estas últimas el más significativo”, agrega.
Por su parte, el Indec muestra que el rubro “Combustibles y energía” mostró una merma de ventas externas del 7,4% el año pasado, contra una caída del 38,4% en importaciones de “Combustibles y lubricantes”.
Las compras de GNL, por ejemplo, cayeron un 30%. Las de gasoil un 51,3%, la importación de gas natural en estado gaseoso bajó un 48,2% y la de gasolinas un 28,2%. (Fuente: Forbes).