La Asociación de Industriales de Neuquén (ADINEU) conmemoró este lunes 2 de septiembre el Día de la Industria y felicitó a las mujeres y hombres de la industria en Neuquén y su cadena de valor.
En una publicación promovida desde sus redes sociales, ADINEU destacó este día tan especial, “a más de 400 años de aquella primera exportación de productos del país al exterior, en 1587, que simboliza la soberanía y el crecimiento de la Argentina” y llamó a la unidad en la industria neuquina para “trabajar por ser cada día más competitiva para trascender fronteras. Feliz día a las mujeres y los hombres de la industria de la provincia y su cadena de valor. Construyamos en equipo el nuevo en ADINEU!”, destacaron.
Además, recordaron que Natalia Muguerza, vicepresidenta de ADINEU, representará a la entidad en el acto de celebración que realizará la Unión Industrial Argentina desde las 11,45 horas y que contará con la presencia de autoridades de la entidad gremial y el presidente de la Nación Javier Milei.
¿Por qué se celebra el Día de la Indusria?
La efeméride indica que desde 1941 en la Argentina, el 2 de septiembre se celebra el Día de la Industria. Un día como hoy, pero de 1587, se produjo la primera exportación de productos del país al exterior. En la actualidad, la fecha sirve para recordar a la industria como sinónimo de soberanía y crecimiento del país.
Según la crónica, el 2 de septiembre zarpó del puerto de Buenos Aires el primer embarque de exportación con productos elaborados en el país. En 1587, la carabela San Antonio, al mando de Antonio Pereyra, partió del fondeadero del Riachuelo rumbo al Brasil, con varios tejidos y sacos de harinas, producidos en Santiago del Estero.
El cargamento venía de Tucumán, parte de la colonia española que en ese momento pertenecía al Virreinato del Perú. El Virreinato del Río de la Plata vendría recién casi 200 años después, en 1776. El primer obispo de Córdoba del Tucumán, Fray Francisco de Victoria, fue quien fletó aquella carga, que dentro de sus bolsas tenía escondidos varios kilos de barras de plata de Potosí, en la actual Bolivia.
El gobernador de Tucumán Juan Ramírez de Velasco denunció este hecho, ya que la exportación de ese bien estaba prohibida por la Real Cédula. La “primera exportación argentina”, entonces, se trató de un episodio de contrabando y comercio ilegal. Además, fue una exportación de una colonia a otra, cuyas coronas de España y Portugal estaban unidas bajo el rey Felipe II, el Prudente.
El obispo portugués Francisco de Vitoria había servido a un mercader en la provincia de Charcas, donde formó relaciones comerciales con importantes personajes del virreinato, que le terminó por conceder un permiso para importar esclavos al Río de la Plata. Con esto, se convirtió en pionero de ese tráfico, ya que por aquel entonces no había pasado ni un solo esclavo por el puerto de Buenos Aires.
Los miembros de la Audiencia, que apoyaban y negociaban con el Fray, parecían no prestarle atención a las denuncias del gobernador Ramírez de Velasco, quien terminó acudiendo al rey Felipe. Fue así que la carabela San Antonio emprendió su regreso con 120 esclavos a bordo, quienes irían a parar a las minas de Potosí.
Lo que no tuvo en cuenta el Fray fue el abordaje del pirata inglés Thomas Cavendish, a quien no le importó la presencia del obispo a bordo, por lo que robó toda su mercadería y la mitad de los esclavos. Después del hecho, Francisco de Victoria terminó siendo separado de su diócesis.
El desarrollo industrial tardaría siglos en llegar a la Argentina, y fue recién a fines del 1700, cuando arribaron a Buenos Aires las primeras manufacturas inglesas.