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Con nuevos protocolos se lleva adelante el transporte de personal en Vaca Muerta

Rigurosas medidas sanitarias y de seguridad, que incluyen pruebas y protocolos, forman parte de las previsiones de las empresas de transporte de trabajadores a los distintos yacimientos.

Ya nada es lo mismo en el mundo. Más allá de la actual situación hidrocarburífera con el desplome en la actividad, la pandemia del COVID-19 ha modificado las relaciones humanas y de trabajo. La industria petrolera no está exenta de estas modificaciones y los cambios se reflejan en el traslado de trabajadores a los yacimientos.

Iñaki Iranzi, CEO de Transportes Megant, brindó precisiones a Vaca Muerta News sobre cómo se trasladan el personal de las empresas en tiempos del coronavirus, respetando medidas de seguridad, sanitarias y con una serie de rigurosos protocolos para evitar contagios y —a su vez— intentar retomar un ritmo de trabajo en la Cuenca Neuquina.

La nueva normativa incluye protecciones para choferes, distancia entre trabajadores y diferentes pruebas que se realizan antes de que se suban a los transportes. “Pasamos momentos muy complicados y perdimos el 70% de la facturación, pero de a poco estamos volviendo a subir gente al campo. Para eso, preparamos un protocolo de cómo operar y minimizar los riesgos de contagio de la empresas, que también presentamos en YPF y los municipios, logrando un consenso con la gente de Seguridad e Higiene y que estén todos de acuerdo”, dijo Iranzi.

“La discusión pasó por ver cuánta gente llevar en una camioneta. Al principio se pensó en 6 personas en un minibús de 19, algo inviable a nivel logísitico y de costo. Se trabajó modificando el minibús, se colocaron unos protectores alrededor del chofer para que esté sin vinculación con el resto del pasaje y además se impulsaron otra serie de medidas”, agregó.

“En ese sentido, se toma la temperatura al personal al subir a la camioneta y se hace la prueba del olor, además de que la camioneta tiene un programa de desinfección muy estricto. Así logramos subir diez personas por camioneta, lo cual si bien duplica el costo, hace posible la tarea”, explicó.

“¿Qué es una prueba de olor? Entre las manifestaciones de este virus, se encuentra la afectación del bulbo olfatorio en el sistema nervioso y uno de los síntomas, es la pérdida del olfato. La prueba consiste en presentarle a la persona dos frasquitos iguales y en este caso el chofer hace de auditor y la persona tiene que poder reconocer cuál es el que tiene vinagre de alcohol y cuál es agua. Es una prueba muy simple, pero ayuda a disminuir riesgos. Si la persona no puede reconocerlo, hay un protocolo que no le permite el acceso a la unidad y se le se notifica al supervisor de turno”, señaló Iranzi.

“Otra de las pruebas que se hacen es medir la fiebre. Si la persona tiene más de 37 grados, no se sube a la unidad, lo mismo si presenta estornudos o tos. Entonces el chofer o la persona de seguridad e higiene, que es la primera persona a la que se recoge el chofer, especifica que estas cosas se hagan bien, no lo dejan subir. En suma, son tres filtros básico: olor, temperatura y aspecto de la persona”, afirmó el CEO de Megant.

“Estos protocolos fueron armados siguiendo directivas de la OMS, la Organización mundial de Comercio, ART y leyendo varias resoluciones que se hilaron para cumplir con todos. La idea es tener un amparo mínimo y legal en la cuestión, sobre todo, el sentido común. Un tipo con fiebre no lo podés subir a la camioneta, si está estornudando tampoco y si no diferencia los olores, ya se sabe que el 30% de infectados asintomáticos pierde el sentido del olfato”, dijo Iranzi.

“Además, están las otras medidas ya conocidas. Se respetan las distancias, desinfectamos los asientos antes que la gente suba y cuando deja el personal el chofer vuelve a desinfectar la camioneta. Se toman todas las medidas posibles a nuestro alcance”, manifestó.

“También hicimos instalaciones para desinfectar profundamente las camionetas una vez por semana, con productos de mayor efecto residual posible y menos efecto nocivo para la gente”, agregó.

Iranzi aclaró que igualmente se trabaja en una tarifa mínima y adecuada a la situación. “Es así para que el cliente lo pueda afrontar, la operadora lo pueda pagar y que todos volvamos a trabajar. No es lo que corresponde, debido a la devaluación, ya que las tarifas deberían subir, porque el transporte de pasajeros está en dólares. Si uno compra un neumático es en dólar, un repuesto es en dólar, pero lo importante es volver a la actividad de la forma más segura y lo antes posible”, precisó.

Consultado sobre cómo se maneja este tipo de contratos, señaló que operan de dos formas: con alquiler sin chofer de vehículos, con kilómetros libres y de excedente y también el servicio con chofer, que se cobra por ofrecer una camioneta y por kilómetros diarios y tiempos de espera en un marco razonable.

“En este caso, se van a utilizar más unidades y se arma un precio posible. Es un escenario totalmente nuevo, donde nadie estaba preparado para esto y se deben adecuar tarifas y márgenes de rentabilidad. Es una situación difícil para todos y lo importante es tratar de volver a algo parecido a la normalidad, que va a ser otra cosa, porque el mundo cambió. La normalidad no va a ser lo que era antes, eso no va a existir, hay que encontrar esa cosa que ahora le vamos a llamar normalidad”, opinó el CEO de Megant.

“Además hay que ver la forma de llevar la gente de una forma que se minimicen los riesgos. Nadie quiere enfermarse, ni el chofer, ni los pasajeros ni nadie. Hagamos el aprendizaje de cómo minimizar los riesgos y que sea de la forma más segura posible”, remacó.

En este sentido, Iranzi recordó que la industria hidrocarburífera está acostumbrada a contar con mayores medidas de seguridad y protocolos. “Ahora había que hallar las cosas más razonables y que contribuyan a esto”.

Ante la pregunta sobre el nivel de tránsito a los yacimientos, Iranzi lo estimó menor al 30%. “Se va incrementando despacio desde esta semana, pero estamos volviendo ni al 30% de actividad que teníamos. Ahora habrá que evaluar los primeros quince días del retorno a la actividad y ver qué resultados tienen estas medidas”, evaluó. “Esto será un lento camino a lo que será la nueva normalidad, que no sabemos cómo se va a ir dibujando. Es un desafío”, reiteró.

Consultado sobre el uso de guantes, Iranzi estimó que es un arma de doble filo. “El guante es un arma de doble filo. Por un lado, le quita la sensación a la persona de suciedad en las manos y si no lo descartás en el momento, te llevas la contaminación, con el agravante de que perdés la sensación de sucio”.

“Lo importante es que el operario o chofer que esté a cargo, cumpla con el protocolo que indica cuándo se debe lavar las manos, o lavar en gel, o que pulverizar, las manijas, picaportes o lo que se sujeta. Para eso están los protocolos. Yo no me inclinaría por el guante, para mí se tocan más la cara y no es un elemento positivo”, dijo.

“Por el contrario, es importante el uso de la máscara acrílica completa. Me parece lo más eficiente, mucho más que el barbijo”, agregó. “En la camioneta, un barbijo si no es el de verdad, no sirve para nada. Yo prefiero que tengan la máscara de acrílico”, opinó.

Por último, Iranzi dijo que todos deberán adaptarse a esta nueva normalidad. “Este es un cambio de paradigma en el mundo. Nos está tocando vivir un momento histórico. Vamos a ser protagonista de un nuevo mundo, sin lugar a dudas”, cerró.

Autor: Horacio Beascochea

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