Desde que se inició el desarrollo no convencional en Vaca Muerta, Argentina buscó llegar al autoabastecimiento energético. Según un informe de la consultora Abeceb publicado furante el 2019, las inversiones en Vaca Muerta entre 2013 y 2018 alcanzaron los US$19.085 millones, un promedio de US$3180 millones por año.

En los últimos cuatro años, la mayor producción de petróleo y gas permitió dejar de destinar US$6900 millones a las importaciones para casi alcanzar el equilibrio de la balanza energética y el sector ya se convirtió en una atracción de dólares, principalmente por las inversiones que atrajo.

Si bien el monto es poco, si se lo compara con los proyectos no convencionales de Estados Unidos, el desarrollo en Vaca Muerta permitió generar divisas en moneda extranjera. Por ahora, hay una suerte de pausa hasta que se defina la nueva Ley de Hidrocarburos, que busca garantizar reglas claras y estabilidad jurídica, que se vieron comprometidas luego que el ex presidente Mauricio Macri cambiara el programa de estímulo a las producciones no convencionales en agosto del año pasado.

En la actualidad, el presidente Alberto Fernández se comprometió a enviar una nueva ley al Congreso. En este sentido, ejecutivos de la empresa alemana Wintershall y de la francesa Total se reunieron la semana pasada en Berlín y en París con el Presidente, quien se comprometió a flexibilizar el cepo cambiario, en particular para las empresas que inviertan en Vaca Muerta, precisa la nota de Sofía Diamante en el diario “La Nación”.

Es que el control de capitales es otro de los mayores desafíos que tienen las empresas que ingresan divisas para invertir, y luego no pueden sacar las regalías.