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Se cumplen seis meses del anuncio de la adenda petrolera

El convenio se adapta en las locaciones. Hay diferencias en su aplicación y resistencia en puntos como la eliminación de las horas taxi y las dotaciones de personal fijado para los equipos. Todos los sectores destacan el acuerdo para fijar reglas claras de inversión.

El lunes 10 de julio se cumplen seis meses desde que se anunció en la Casa Rosada el acuerdo petrolero que tiene como columna vertebral la adenda de trabajo que rige las explotaciones no convencionales en la cuenca neuquina.

El nuevo escenario, que implicó pérdida de ingresos y condiciones para los trabajadores a cambio de una reactivación de la actividad, todavía sigue sin aplicarse en su totalidad.

Los trabajadores que venían trabajando con actividad previa a la sanción del acuerdo, han puesto resistencia a los cambios y dificultaron el traslado al terreno de la práctica la letra acordada por la dirigencia empresarial junto a la sindical.

Las empresas consideran que la adenda les ocasionará un 10% de ahorro en sus costos, pero hasta ahora eso no se ve reflejado en los números. A finales de junio, fue el propio gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, en la cumbre anual Argentina Shale Gas and Oil Summit, quien reconoció que la adenda se aplicaba, pero que había diferencias en la interpretación de algunos puntos.

Según un relevamiento, los contrapuntos se encuentran en la eliminación de las horas taxi y las dotaciones de personal en las locaciones. El número de personal fijado para los equipos de fractura no puede superar los 16 operarios, pero las empresas creen que podría reducirse o plantear objetivos diarios para estandarizar los trabajos.

Fuentes de la industria han señalado en más de una oportunidad que las condiciones de operación para cada yacimiento se acuerdan con los responsables zonales de los sindicatos. Por esto se destacó la firma de la adenda como un piso para establecer condiciones mínimas a la hora de acordar los planes de trabajo para un área.

También hay otros sectores de la actividad también donde fijaron dotaciones mínimas: wire line 4 trabajadores; coiled tubing 5; en cementación 5; en aislación 10 y; en UBD 3. En tanto los equipos de torre sumarán 7 operadores para la perforación, 6 para workover y 5 para pulling por turno.

Este esquema en última instancia apunta a mejorar los niveles de productividad. Un concepto atado a los tiempos de cada trabajo y por lo tanto traducible en costos de operación. Tal es así que el acuerdo permite realizar tareas simultáneas siempre que el company man (el responsable de la operación en campo) lo considere necesario y seguro de realizar, detalló a fines de junio un informe del diario “Río Negro”.

Lo concreto es que seis meses después de un anuncio realizado con bombos y platillos y que fue presentado por el presidente Macri como una de las ventajas comparativas para el desembarco en los no convencionales de Vaca Muerta, el acuerdo no se aplica en su totalidad.

A pesar de ello, en el sector operador destacan la importancia del acuerdo, ya que más allá de los planteos que contienen los 25 puntos de la adenda, lo más importante que se reflejó en la firma fue la posibilidad de tener una mesa abierta con todos los actores del sector.

En ese sentido, el propio acuerdo estableció además la creación de una comisión para revisar los puntos que puedan tener conflictos para su aplicación efectiva, que por ahora y mientras se espera el repunte de la actividad, no se aplica en su totalidad en los campos no convencionales.

Autor: Horacio Beascochea

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