El yacimiento Lindero Atravesado, operada por Pan American Energy (PAE), superó la barrera de los 100 pozos y ya produce más de 3 millones de metros cúbicos diarios de gas. Ahora la compañía irá en búsqueda del shale oil de Vaca Muerta.

Danny Massacese, jefe de operaciones de PAE, le confirmó a “Río Negro Energía” que antes de que termine el año esperan tener finalizadas dos perforaciones horizontales con una rama lateral de 2.000 metros. Si bien la compañía tiene experiencia en Vaca Muerta, el proyecto abre la puerta para un cambio de perfil en un área que hasta ahora vive de los resultados del gas.

La operadora tiene desarrollos sobre la formación no convencional en áreas como Bandurria Centro y Coirón Amargo Sur Este (CASE). Los costos de perforación informados por PAE se acercan bastante a los números de otras operadoras que ya cuentan con desarrollos masivos en shale. Un pozo de 1.500 metros de rama horizontal necesita de un desembolso de 8,5 millones de dólares, mientras que uno de 2.000 metros trepa hasta los 10 millones de dólares.

En el desarrollo de sus pozos, PAE plantea para las perforaciones de 1.500 metros de rama lateral 60 etapas de fractura, para los de 2.000 metros 80 etapas y para los de 2.400 metros planifican 100. En promedio plantan una fractura cada 25 metros, algo que otras operadoras estiran hasta 40 ó 50 metros.

Para Lindero Atravesado el shale aparece como un futuro que puede brillar, sin embargo el presente del bloque sigue entregando resultados auspiciosos. Massacese anticipó que el área terminará el 2017 con 23 pozos con objetivos no convencionales, entre shale y tight.

El bloque insignia de PAE en la Cuenca Neuquina se consolidó en la puesta en el desarrollo de los campos de tight gas, al conseguir una fuerte baja de costos en las perforaciones para Lindero Atravesado. Entre 2014 y 2016 redujo un 53% el valor de un pozo y cerró un número final del 6,5 millones de dólares por perforación.

Según Massacese los ajustes en la operación permitieron mejorar los tiempos y cada equipo de perforación pasó de un promedio de 0.5 a 1.1 pozo por mes. Entre los indicadores que anotaron está la adecuación de tarifas con los contratistas de servicios y materiales. También consiguieron alinear los contratos de servicios al logro de resultados.

Entre los cambios técnicos se destaca la modificación del sistema de lodo en base agua a base aceite y contrataron directamente los materiales de consumo masivo como lo es, por ejemplo, la arena para la hidrofractura.