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El GNC en un momento crítico

La suba en el precio del gas en boca de pozo y la quita de parte del ITC a los combustibles líquidos en Río Negro y Neuquén desplomó la colocación de equipos. Casi 6.000 autos no renovaron la habilitación.

La opción del Gas Natural Comprimido (GNC) como combustible para vehículos de calle sufrió un gran retroceso en el año 2016, según datos del Enargas del 2016.

Entre los motivos de la caída se encuentra el aumento del metro cúbico le quitó atractivo a una opción que aventajaba en precios a la nafta y el gasoil con una relación casi de 4 a 1. En Río Negro y Neuquén se sumó la quita de parte del ITC a los combustibles líquidos, lo que terminó por cerrar la brecha y empujar todo el negocio del gas para automóviles casi a la quiebra definitiva.

Según datos del Enargas el 2016 cerró con casi 30.000 rodados habilitados menos que el año anterior. Se trata de aquellos que no renovaron sus obleas trámite anual que tiene un costo aproximado de 700 pesos. Sólo en Neuquén, la baja fue de 3.960 rodados, mientras que en Río Negro se registraron 1.847 habilitaciones menos que en 2015.

Desde la Cámara de Expendedores de Combustible de Neuquén y Río Negro (Cecnern) confirmaron que la situación del sector es muy compleja. Los aumentos de los costos generales, sumados al incremento en el precio del gas y la rebaja de los combustibles líquidos provocaron un golpe certero a toda la actividad: los talleres tienen menos trabajo por colocación de equipos y mantenimiento y las estaciones perdieron importantes proporciones de ventas.

El tema fue planteado por los estacioneros a mediados de año, pero no tuvo respuestas. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, entiende que un suministro escaso en el país como es el gas no puede utilizarse como combustible para el parque automotor nacional.

Incluso varios propietarios de estaciones consideran que el gobierno nacional busca desalentar la utilización de este hidrocarburo en vehículos y transportes.

Según se consigna en un informe del diario “Río Negro”, la baja en las estaciones de servicio fue abrupta en todo el 2016. En la región estiman que la caída en metros cúbicos fue entre un 20 y un 40 por ciento dependiendo de las localidades. En aquellas donde el parque automotor del transporte de pasajeros los taxis son los principales usuarios del sistema es mayor, los despachos no declinaron tan abruptamente como en las pequeñas urbes.

El valor de venta al público ronda los 9,5 pesos por metro cúbico. En tanto la nafta súper en promedio estuvo alrededor de los 14 pesos durante todo el 2016. Ese acortamiento entre los precios fue el principal golpe para los estaciones del sector.

Por otra parte, desde la Cámara aseguran que también se derrumbaron los márgenes de rentabilidad. La especificidad de la actividad obliga a tener grupos de personal ampliados y certificaciones de equipos con altos costos de mantenimiento. Todos valores empujados por la inflación.

Según una fuente del sector aseguró que para recuperar rentabilidad, sin que el gobierno modifique el esquema impositivo, el metro cúbico de gas debería estar alrededor de los 12 pesos para la venta al público, algo que marginaría todo el negocio del GNC a la extinción.

La instalación de equipos en la región se derrumbó entre el 25 y el 40% y los talleres optaron por anexar otros rubros para amortiguar la baja de la actividad con la colocación de equipos de audio o sistemas de alarmas.

El costo de un equipo nuevo de quinta generación para un auto de alta gama puede costar unos 19.000 pesos y la novedad es que se implementó la financiación para pagarlo. Sin embargo con el cambio de relación entre el precio del gas y las naftas, que pasó de 4 a 1 a 2 a 1, se extiende el periodo de amortización, algo que resta atractivo.

Con el mantenimiento sucede algo similar. La renovación de la oblea anual, condición indispensable para poder cargar gas en las estaciones, pese a ser un trámite sencillo y no tan oneroso (700 pesos) se desplomó en 2016. Lo mismo ocurrió con la revisión de los tubos, que se realiza cada cinco años, y tiene un costo de alrededor de 2.000 pesos por tanque.

Autor: Horacio Beascochea

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