Las operadoras de la Cuenca Neuquina negociaban hasta última hora del domingo 4 de diciembre las condiciones del paro que los sindicatos de Petroleros Privados y Jerárquicos iniciaban a las 8 de este lunes 5.

Hasta último momento se esperó la intervención del Ministerio de Trabajo con un dictamen de conciliación obligatoria que no llegó y la preocupación crece entre las compañías porque si se cumplen con las 48 horas de huelga, la medida provocaría cuantiosas pérdidas en los yacimientos.

El paro fue convocado el viernes 2 de diciembre, tras un plenario encabezado por Guillermo Pereyra, y apunta a que YPF de marcha atrás con la medida de bajar definitivamente 33 equipos que ya estaban paralizados en el marco de un Plan Preventivo de Crisis (PPC). Unos 1.700 operarios perderían sus puestos de confirmarse la decisión, por lo que desde el sindicato piden reubicaciones y un plan de subsidios por un año.

La decisión de YPF no solo puso en alerta a los sindicatos de la cuenca, sino que además generó malestar en otras operadoras que consideran que están pagando el costo de una definición que tomó la petrolera nacional unilateralmente.

Por otra parte, esta resolución de la operadora de bandera se da a días de que se firme un acuerdo general para el sector, que busca atenuar la crisis en la industria y modificar parte de las condiciones laborales.

En el sector tampoco cayó bien que el gobierno nacional se mantenga al margen. Sin embargo se especulaba que el paro inicie y sea conciliado antes de que se cumplan las primeras 24 horas.

En los yacimientos se calcula un periodo de tiempo de seis horas para poner en marcha las maniobras que definen las condiciones de seguridad mínimas. Esto se discute directamente con los representantes del sindicato y allí se negocian las guardias para los puestos claves y el alcance de la medida,si es que afectará solo la perforación o también la producción.

El domingo por la tarde se definía en cada yacimiento la modalidad y se reorganizaban los cronogramas. Las operadoras además enviaron sus instrucciones a las contratistas para que también definan sus planes de acción.

Al menos dos compañías confirmaron que se suspendían las tareas de mantenimiento y esperaban que el paro afectara centralmente a la extracción de petróleo y no tanto al gas. De todos modos descartaban que la medida tuviera impacto en las refinerías y por lo tanto en las estaciones de servicio.

Los sindicatos que dirigen Pereyra y Manuel Arévalo coincidieron en que podrían profundizar las protestas en caso de que no tengan respuestas al reclamo. Además, desde el sindicato de empleados jerárquico se pidió que se revea la contratación de extranjeros antes de avanzar en un plan de recorte en puestos ocupados por operarios nacionales.

Pereyra, por su parte, planteó que se reubique una parte del personal y que al resto se le otorgue un subsidio de 20.000 pesos mensuales durante un año.