Desde la petrolera estatal se informó que dejarán de mantener a 33 equipos ociosos en la Cuenca Neuquina. La decisión, que fue comunicada el 30 de noviembre, dejará sin trabajo a unos 1700 trabajadores.

Según informó la empresa estatal, la decisión implica ajustar una erogación varias veces millonaria por equipos que, en rigor, mantenía sin funcionar a pleno hace varios meses.

El personal afectado por la medida estaba siendo incluido en abril al preventivo de crisis que en los hechos achicó gastos y disminuyó drásticamente los salarios de unos 2000 empleados.

Según confió una alta fuente de la petrolera estatal a Vaca Muerta News, en febrero de este año se inició el procedimiento preventivo de crisis (PPC) con la expectativa clara de que funcionara como un período en el que entre todos los actores lograran acomodar algunas variables necesarias para llegar a un mejor escenario para el 2017.

“Pero, a pesar de los esfuerzos realizados por todos, las condiciones propias del contexto y el sector, hacen que el esfuerzo no haya sido suficiente y debamos tomar esta decisión, que es dar de baja equipos que estuvieron en su mayor parte parados durante todo el año, sin funcionar, pero con YPF pagándole a la contratista”, indicó.

“Es por eso que se da de baja a equipos que están en stand by, por los que YPF desembolsó en lo que va del año más de 100 millones de dólares anuales y no realizaron actividad”, agregó.

“Durante ese período, aproximadamente unos 1700 trabajadores mantuvieron sus puestos de trabajo sin carga laboral efectiva y con una remuneración promedio de $ 33.000 por mes para un empleado de compañía de torre (el costo total del PPC anual se estima en 100 millones de dólares)”, afirmó la fuente que pidió reserva de su nombre.

A pesar de este panorama, desde YPF aseguran que el plan de inversiones para el 2017 se mantiene firme y dentro de ese esquema continuará con el desarrollo de Loma Campana, el polo de no convencionales en Vaca Muerta. “Para el 2017, YPF estima que va a tener 57 equipos activos en la cuenca, un nivel de actividad sostenible que, con las medidas de productividad que se implementaran, permitirá encarar inversiones para el crecimiento de la actividad en la cuenca y en el país”, agregó.

Cabe recordar que en este último tiempo se logró una importante reducción de costos. No obstante, en el balance general de toda la cuenca, para la compañía no hay margen con el actual precio de los hidrocarburos y las condiciones de logística, el otro factor con incidencia crucial.

El miércoles 30 de noviembre el personal cesanteado comenzó a ser notificado por las empresas contratadas por la petrolera argentina para sus operaciones en diversos yacimientos de la provincia y el sur de Mendoza.

La información fue anunciada en medio de un clima de expectativas que, en rigor, apuntaban en otro sentido, ya que desde Provincia se viene planteando ante el gobierno nacional la necesidad de mantener el precio interno del barril, subsidiado en unos 15 dólares por encima del valor internacional en el marcado local, algo pensado como un estímulo que incluso en algunas áreas tampoco deja a la compañía un gran margen de maniobras.

De los 33 equipos que se bajan, diez son de perforación, otros 16 de workover y cinco de pulling.

Las fuentes consultadas manifestaron que hace varios meses estuvieron stand-by, es decir, casi sin ser utilizados, algo así como un gesto político para no precipitar los despidos que ahora sí se producen.