La semana que viene comenzará la discusión petrolera en una mesa donde estarán presentes todos los referentes del sector.

La negociación intentará acordar una suerte de “pacto federal petrolero” de aplicación para la Cuenca Neuquina y que pueda replicarse en el resto de los yacimientos del país.

El comienzo no será fácil ya que en uno de esos puntos se revisarán las condiciones laborales del sector.

El titular de Petroleros Privados, Guillermo Pereyra, reconoció que están dispuestos a “abrir” el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), vencido a principios de 2015, “para incorporar las especificaciones de los no convencionales”. “Vamos a discutir lo que sea necesario, pero no vamos a aceptar nada que signifique una flexibilización laboral”, dijo.

El titular de Petroleros Jerárquicos, Manuel Arévalo, confirmó que esperarán a conocer qué pretenden las empresas la discusión. “Creemos que debe entenderse que en una situación de crisis todos deben ceder algo. No todo lo pueden dar los trabajadores que ya dimos mucho”, expresó al diario Río Negro.

Entre los puntos polémicos están las “horas taxi” que son los periodos de viaje de los operarios. También la jornada laboral, para la que habría acuerdo en reducirla de 12 a 8 horas, siempre que no se afecte el salario, según se planteó desde los gremios.

Además, se tratará el planteo de un esquema donde sólo se consideren remunerables las horas efectivas.

Para los sindicatos, estos planteos, sumados a la revisión de pago de viandas y otros adicionales forman parte del reclamo de “productividad” al que las empresas quisieron atar los aumentos salariales y en el que finalmente no pudieron avanzar.

Desde las empresas se asegura que no pueden operar con los actuales costos que tienen para poner en tierra un barril de crudo y pretenden reducir los costos a unos 40 dólares por barril, algo que para los no convencionales será muy difícil en las actuales condiciones.