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Explotación no convencional: como llega el agua a los pozos petroleros

En la zona de Vaca Muerta, una empresa maneja el 80% del mercado y puede transferir desde 200 hasta 1.000 metros cúbicos de agua por hora.

Uno de los insumos fundamentales de la explotación hidrocarburífera no convencional es el agua. Junto con la arena y diversos productos químicos, el agua se inyecta en grandes cantidades y alta presión para producir las fracturas en las rocas que contienen petróleo y gas, a miles de metros de profundidad.

La extracción desde acuíferos subterráneos está prohibida y el vital elemento debe trasladarse desde cauces naturales como ríos y canales.

Una de las empresas que realiza el transporte es Río Limay Oil Field Services, que comenzó a operar en el 2007, haciendo el gerenciamiento integral de pozos para la brasileña Vale en el finalmente frustrado proyecto de potasio.

Con el surgimiento de Vaca Muerta, comenzó a especializarse en la transferencia de agua para las fracturas de pozos no convencionales.

La empresa es neuquina y maneja el 80% del mercado en la zona. Tiene 15 empleados y está equipada con doce motobombas de alto caudal para distintos rangos, que pueden transferir desde 200 hasta 1.000 metros cúbicos de agua por hora.

Recientemente terminó un trabajo para la francesa Total en Aguada Pichana, donde se transfirieron 95.000 metros cúbicos de agua (95 millones de litros) para un pack de fracturas. Esperan para mediados del 2016 estar operando en la nueva base en el Parque Industrial, para lo cual el gobierno provincial les otorgó recientemente un predio.

"Nuestro servicio es simple pero muy necesario, por eso es importante el monitoreo constante que realizamos. Si falla la transferencia de agua, falla la fractura y se pierden millones de dólares", explicó el presidente Carlos Gingins al diario Río Negro.

La empresa toma el agua del reservorio dispuesto por el cliente y la lleva hasta el lugar de fractura a través de un acueducto que monta con tubería de ERFV (epoxi reforzado con fibra de vidrio) que provee una fábrica ubicada en Junín de los Andes.

Para Gingins, el momento actual de la actividad es complicado, "en el último año bajó entre un 30 y un 40% y no cayó más porque se mantuvo el precio interno del barril", dijo.

Señaló que hay expectativa por cuál será la política energética del próximo gobierno, aunque resaltó que la matriz energética no va a cambiar en el corto plazo, seguirá siendo petróleo y gas, tal vez más gas que petróleo.

Consideró que el desafío de Vaca Muerta “es bajar los costos y tener un precio que pueda financiar las grandes inversiones que hacen falta”

También destacó que se comenzaron a hacer las mismas megafracturas que se hacen en Texas, aunque con menor volumen de arena.

De esta forma, a pesar de que esa técnica desgasta más rápido los equipos, se consigue elevar la producción más del 30% y mejorar la rentabilidad. (Foto: Pepe Delloro/Télam)

Autor: Horacio Beascochea

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