El inicio de la construcción de la represa Chihuido I en Neuquén fue postergada, probablemente, para 2016, debido a las exigencias que puso el banco ruso que financia el 85 por ciento de la obra y que no llegarían a cumplimentarse en lo que queda de 2015.

En principio, las obras comenzaría en septiembre, pero según las últimas negociaciones que entabló el gobierno nacional, a través del ministro de Planificación de la Nación, Julio De Vido, las trabas siguen siendo las garantías que el Banco para el Desarrollo y Asuntos Económicos Exteriores de Rusia exige, para otorgar el préstamo de 1600 millones de dólares.

Según se consigna en el diario LM Neuquén, la resolución de este tema quedaría para el próximo gobierno que asuma a partir de diciembre, pese a que hace diez días el ministro de Economía, Axel Kicillof, detalló que la entidad financiera rusa ratificó que Chihuido está dentro de los “proyectos prioritarios” de la institución.

Cabe recordar que Chihuido I consiste en la construcción de una central hidroeléctrica en el tramo medio del río Neuquén y tiene como principales propósitos la generación de energía eléctrica y la regulación de este río para el control de crecidas, la provisión de agua para consumo humano, el riego y el uso industrial.

La presa contará con cuatro turbinas, con una potencia instalada de 637 megavatios, lo que permitirá una energía media anual de 1750 GWh.

El aporte de energía eléctrica que realizará al Sistema Argentino de Interconexión (SADI) permitirá al país un importante ahorro debido al cambio en la matriz energética, que disminuirá la generación de energía térmica, para incrementar la participación hidroeléctrica.

Para llevar adelante este proyecto, en diciembre último se adjudicó un consorcio de empresas argentino-español (las argentinas Helport -Grupo Eurnekian- Chediack; Panedile; Eleprint; Hidroeléctrica Ameghino, y la española Isolux Ingeniería), el cual formuló una propuesta licitatoria que, junto con la firma Inter RAO, propuso el financiamiento del banco ruso.