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“Vaca Muerta corre el riesgo de transformarse en una gran frustración”

Así lo asegura el intendente de Neuquén, Horacio Quiroga, quien señala que las políticas de Nación hicieron perder 40.000 millones de pesos a la provincia por los bajos precios impuestos al petróleo y al gas, siendo partidario de las asociaciones que pueda llevar adelante la empresa provincial GyP.

En una columna de opinión del diario regional Río Negro, el intendente de la ciudad de Neuquén, comienza diciendo que “en un escenario donde Vaca Muerta aparece en el horizonte como el faro milagroso que salvará a la provincia y al país haciendo que recuperemos el malogrado autoabastecimiento energético, las garras centralistas del gobierno kirchnerista ya en retirada asoman una vez más pretendiendo limitar la autonomía de las provincias en el manejo de los hidrocarburos”.

“Se pretende desconocer lo dispuesto por la reforma de la Constitución nacional en el 94, cuando la entonces convencional Cristina Fernández de Kirchner hizo de la defensa del federalismo una de sus banderas, y lo establecido por la sanción de la llamada "ley Corta", que llegó en el 2006 con una producción en curva descendente y escasas perspectivas a futuro; es decir, con un panorama totalmente distinto del presente”.

“El gobierno nacional avanzó sobre las facultades de la provincia cuando en julio del 2012 se dictó el decreto 1277, que creó la Comisión de Soberanía Hidrocarburífera, conformada en ese momento por el trío Kicillof-Moreno-Cameron. Los gobernadores de las provincias productoras lo aceptaron y algunos hasta aplaudieron ese desquicio”.

“El argumento central del gobierno nacional a la hora de justificar esta nueva intentona de avanzar sobre las provincias es que hace falta motorizar la llegada de inversiones que permitan garantizar el desarrollo de la formación Vaca Muerta. Son necesarios miles de millones de dólares para llegar a los recursos que guardan las entrañas del desierto neuquino, donde hoy están posadas las miradas del país y del mundo”.

“Si lo que se pretende son más inversiones, primero convendría abandonar el sinsentido que significa invitar a invertir aunque después de asumido el riesgo, y si hay beneficios, las empresas no tienen la seguridad de poder importar bienes de capital para llevar adelante su trabajo o repatriar los dividendos”.

“Pero vamos a otra cuestión más básica que durante esta década perdida en materia de energía ha contribuido a la falta de inversiones de las empresas: la fijación arbitraria y caprichosa por parte de la Secretaría de Energía de la Nación de los precios del gas y el petróleo”.

“El precio del petróleo es hoy de 78 dólares el barril a la paridad oficial, frente a los casi 110 dólares que es el precio internacional a un dólar real, y el promedio del precio del gas natural es de menos de 3 dólares el MMBTU, mientras importamos combustibles sustitutos y pagamos hasta 24 dólares el MMBTU. En estos diez años de la década perdida, esto le significó a Neuquén resignar recursos por más de 40.000 millones de pesos”.

“En este escenario, cuestionar hoy a las empresas provinciales, como es el caso de G&P, por el cobro de los carry, como ha hecho el presidente de la estatizada YPF Miguel Galuccio, es casi una burla”.

“Con este horizonte que se plantea en la explotación de los no convencionales, G&P es la herramienta que tiene la provincia para hacer valer sus derechos sobre los recursos del subsuelo y la Nación no debería molestarse por ello”.

“Soy partidario de las cesiones o asociaciones que pueda llevar adelante el gobierno provincial a través de GyP, privilegiando obviamente que se realicen por licitación pública a efectos de garantizar una competencia transparente entre las empresas interesadas que redunde en mayores beneficios para la provincia”.

“Los roles están bien diferenciados y hay que respetarlos: el Congreso de la Nación fija las normas por las que debe regirse la actividad, las provincias detentan el dominio originario de los recursos naturales, la Secretaría de Energía de la Nación fija la política energética que durante el kirchnerismo ha sido desastrosa, la Subsecretaría de Energía de Neuquén es autoridad de contralor y de aplicación y GyP e YPF son empresas que deben respetar las normas existentes y competir, sin privilegios”.

“De los trascendidos sobre el contenido del acuerdo que el gobierno nacional busca cerrar con los gobernadores de las provincias productoras sí entendemos que hacen falta ajustes de carácter ambiental para garantizar mayores controles, más estrictos, más tecnología y transparencia en el monitoreo para que el desarrollo de la formación Vaca Muerta sea efectivamente sustentable”.

“No corresponde tampoco que la Nación pretenda poner tope a las regalías que reciben las provincias. En realidad lo que se debe situar bajo la lupa al momento de analizar medidas que fomenten la llegada de inversiones son las cargas fiscales de Nación como, por ejemplo, el impuesto a las Ganancias”.

“Por otra parte, en la discusión que se está dando sobre Vaca Muerta está presente un elemento de fondo que no podemos perder de vista: el debate entre populismo y no populismo”.

“¿Seguirá siendo el populismo el que guíe el diseño de las políticas para lograr el despegue de los recursos no convencionales? ¿Se insistirá en una política energética errónea que nos llevó a perder el autoabastecimiento y a la falta de inversión de las empresas? ¿Se dejará de perjudicar a las provincias fijando precios del gas y del petróleo en boca de pozo alejados de los valores del mercado internacional mientras se destinan 15.000 millones de dólares anuales a la importación de combustibles para la generación de energía?”

“El populismo ha sido el peor enemigo que hemos tenido los argentinos a lo largo de nuestra historia. El premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa lo definió como "la enfermedad de la democracia", como "una práctica antigua en la que los políticos han buscado el éxito inmediato sacrificando el futuro en nombre de un presente que les da popularidad y lo han aprovechado las izquierdas, las derechas y las dictaduras"”.

“En el terreno del optimismo floreciente vinculado con las posibilidades de desarrollo que se abrían a partir de la explotación de hidrocarburos, los neuquinos ya hemos vivido experiencias que después terminaron de manera traumática por obra y gracia del vicio populista. Recordemos simplemente lo que ocurrió con comunidades petroleras como Cutral Co y Plaza Huincul y, un poco más acá en el tiempo, con Rincón de los Sauces”.

“En manos del populismo, el sueño dorado de Vaca Muerta, cuyo desarrollo es apenas incipiente, se esfumará rápidamente. En manos del populismo, Vaca Muerta corre el riesgo de transformarse en una gran frustración”.

Autor: Darío Hernán Irigaray

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